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No obstante el efecto político en contra el liderazgo cruceño fue una realidad

A un año de los hechos del Hotel Las Américas continúan las dudas

A un año de los hechos del Hotel Las Américas continúan las dudas

viernes 16 de abril de 2010, 19:02h

El 16 de abril de 2009, en Santa Cruz tres integrantes de un presunto grupo terrorista murieron abatidos a tiros en el hotel Las Américas por efectivos de la Unidad Táctica de Resolución de Crisis de la Policía (Utarc). Este hecho, aún no esclarecido, socavó las poderosas entidades empresariales, gremiales y cívicas cruceñas, y ahuyentó a sus principales líderes políticos.

Desde ese 16 de abril a la fecha ocho personas están detenidas, 12 fueron imputadas por terrorismo y alzamiento armado, unas 60 declararon y muchas otras “se autoexiliaron”, entre  ellas el ex líder cívico Branko Marinkovic y el ex ministro y representante de los ganaderos Guido Nayar.

 Además, están fuera del país Alejandro Melgar Pereira, Lorgio Balcazar, Luis Hurtado Vaca, Hugo Achá Melgar, Alejandro Brown, Enrique Vaca Pedraza y David Sejas.

Elöd Tóázó y Mario Tadic dos de los presuntos integrantes del grupo terrorista se encuentran recluidos en San Pedro de La Paz.

Mientras que Eduardo Rózsa, el rumano-húngaro Árpad Magyarosi y el irlandés Michael Dwyer murieron abatidos a tiros, el 16 de abril, en las habitaciones que ocupaban en el hotel Las Américas. Las investigaciones sobre lo sucedido ese día no han aclarado cómo murieron, los informes periciales no coinciden, establecen que unos murieron en el enfrentamiento con los policías y otros, que fueron ejecutados.

El fiscal Marcelo Soza, a cargo de la investigación del caso desde un inicio, anunció la conclusión del caso en unos días más, porque según asegura ya tiene todos los elementos para probar que se trató de un grupo armado que vino a Bolivia, traído por un grupo de empresarios y dirigentes cívicos y políticos cruceños, para separar Santa Cruz del país y asesinar al presidente Evo Morales.

La primera noticia la dio el propio presidente, Evo Morales, el 16 de abril, desde Isla Margarita (Venezuela), dijo que había sido desarticulado un grupo de mercenarios que buscaba matarlo. Ésa fue la primera hipótesis: Rózsa y su grupo vino a Bolivia como parte de un complot para cometer un magnicidio y ésa es la versión que circula aún hoy en los medios internacionales.

Sin embargo, desde el punto de vista de sectores opositores, pocos son los resultados reales de la investigación y que ésta únicamente ha servido, cada que al Gobierno le convenía, para perseguir y amedrentar a los dirigentes cruceños opositores al presidente Evo Morales y desestructurar las principales entidades y organizaciones empresariales y cívicas de ese departamento en represalia al rechazo a Morales.

La mirada del fiscal se dirigió a ejecutivos de la Fexpo, citó a declarar e imputó a tres de sus representantes: Mario Antonio Herrera, Roberto Justiniano Áñez y Eduardo Sosa.

Sin embargo, una agresión a dos periodistas de Unitel, que descubrió la figura del capitán Wálter Andrade, jefe de la Unidad Táctica de Resolución de Crisis (actualmente desaparecido), que había actuado en el hotel Las Américas, y que supuestamente se había infiltrado al grupo de Rózsa, hizo tambalear la hipótesis y toda la investigación de la Fiscalía.

En una declaración ante Soza, Andrade asegura que sólo asistió a una reunión del grupo, en la casa de Villa Vargas; sin embargo, declaraciones de Gueder y Mendoza, lo ubican en reuniones en la Fexpo y se hacía pasar por un ex militante de Sendero Luminoso experto en bombas. Eso hizo que el abogado de Gelafio Santiesteban, acusara a Andrade de ser el autor del atentado a la casa del cardenal Julio Terrazas, el hecho que desencadenó el operativo en el hotel.

“Desde un inicio primó el criterio político, se ha distorsionado y ha derivado en una especie de persecución a líderes cívicos y autonomistas, desvirtuando el sentido de la investigación. Mientras el investigador sea parte del oficialismo no se va a saber la verdad”, según el senador de Convergencia Nacional, Marcelo Antezana.

LOS IMPUTADOS

Elöd Tóásó. Se encargaba de la parte informática del grupo.

Mario Tadic Astorga. Se encargaba de traducir manuales de inteligencia y de guerra de distintos ejércitos. Está detenido.

Alcides Mendoza y Juan Carlos Gueder. Acusados de comprar armas para el grupo. Detenidos.

Mario Antonio Herrera. Es gerente de la Fexpo. Acusado de autorizar la conexión de Internet de Rózsa. Con arresto domiciliario.

Roberto Justiniano Áñez y Eduardo Sosa Chávez. Funcionarios de la Fexpo. Con arresto domiciliario.

Hugo Vázquez Ortiz. Acusado de cotizar equipo de comunicación para Rózsa. Preso en Palmasola.

Zvonko Matkovic Ribera. Acusado de reunirse dos veces con Rózsa. Está preso en San Pedro.

Gary Prado Arauz. Está imputado, pero no tiene acusación. Aclaró que el teléfono al que Rózsa llamó tres veces es de su padre. Tiene arresto domiciliario.

Marco Antonio Monasterio Mariscal. Tiene prisión domiciliaria. Está acusado de darle a Rózsa toda la cartografía electoral.

Gelafio Santiesteban. Para Soza era el instructor del supuesto grupo terrorista. Está preso en San Pedro.

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