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El Amazona de Loewe cumple 35 años

El Amazona de Loewe cumple 35 años

sábado 24 de abril de 2010, 16:45h

Tener un bolso Amazona no sólo es un lujo en el sentido estricto de la palabra, sino también un lujo para los sentidos. Tener un loewe en tu vida es tener no sólo un estatus social, sino un estatus estético; una sensibilidad especial para saber apreciar el valor de la artesanía.

El bolso Amazona, emblema de esta Casa española, cumple treinta y cinco años. Nació en plena Transición española y ha acompañado a la mujer durante una época en la que se fueron consolidando los cimientos de una nueva forma de vida. Con motivo de este aniversario, el actual director creativo de esta Casa, Stuart Vevers, ha presentado veinte versiones en edición limitada de este accesorio todo terreno. Cada una se ha diseñado en un color diferente, pero siempre dentro de una paleta tan vitalista que abarca desde el color naranja intenso al uva, pasando por el fucsia, el verde musgo, el amarillo maíz o el azul índigo. Todas las versiones han sido elaboradas en los talleres de Loewe usando las pieles más suaves: ternero, cabra y napa, y con diferentes acabados como el metálico, el charol, el pulido o el texturado.

 Como colofón, Loewe ha invitado al artista Nigel Shafran a fotografiar los Amazona en diversas situaciones de la vida cotidiana y pública. El escenario ha sido Madrid, la ciudad donde nació esta firma hace ya ciento sesenta y cuatro años. Las fotografías, un total de seis, muestran el bolso en distintas situaciones, todas muy reales, aunque tengan un halo surrealista.

Con sus instantáneas, este artista inglés ha pretendido reflejar la funcionalidad de este complemento, nacido en un momento en que la mujer empezaba a tomar las riendas de su vida, con la incorporación masiva al mundo laboral. Esta condición la obligada, de alguna manera, a ser práctica, pero sin perder su personalidad ni su sentido de la estética. Necesitaba un bolso aliado para su ritmo de vida, un bolso que le permitiera acompañarla en cada momento de su ajetreada jornada, sin desentonar.

Tener un Amazona es un signo de distinción, pero también una inversión a largo plazo. Un bolso cómplice que comparta las mismas vivencias que su propietaria y se vaya dejando “la piel” en cada experiencia.

Un bolso, según la estudiosa de la moda Alison Lurie, es un reflejo de la personalidad de la mujer que lo lleva. Dice mucho de su pasado, de su presente y de su futuro. ¿Cómo sería la dueña de un Amazona? Pues quizá una mujer funcional, vitalista y quizás por eso sensible ante la belleza, ante la armonía. Bien es verdad que con el paso de los años, el Amazona ha ido evolucionando, se ha adaptado a los nuevos tiempos y quizás ha perdido un tanto su esencia, esa mezcla de ante y piel, que le hacía ser señalado al instante como cosecha Loewe. Ahora ha adquirido otras texturas, otros colores y se ha hecho varios “liftings”. ¿Sigue siendo el mismo? Los puristas censuran esta reconversión, pero sus defensores a ultranza aprecian que se renueve con los años, mientras no pierda el signo de distinción de Loewe.

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