Lo reconozco. Estoy desconsolado. Y no me pueden consolar. El motivo no es, como profesional del periodismo, que una colega haya roto el off the record de las palabras del Rey en una conversación informal y las haya lanzado, por interés político, a las ondas. Me preocupa, porque Don Juan Carlos, a partir de ahora, tendrá que perder esa naturalidad que es consustancial a su persona, y limitarse a hablar del tiempo o de los nietos. Pero eso no provoca mi desconsuelo. Tampoco el que andemos enzarzados en debates estériles sin entrar nunca en el fondo de las cosas. Eso me molesta, pero ya estoy acostumbrado. Parece que interesa más ensuciar al rival que solucionar los problemas reales de los ciudadanos. Tampoco es lo de The Economist, que habla de nubarrones sobre una economía española poco competitiva y con problemas estructurales. Eso lo saben todos.
Lo que me ha dejado casi sin aliento, desconsolado, absolutamente preocupado, incluso diría anonado, es otra cosa. Tanto que he esperado a que se confirmara o a que el interesado no la desmintiera. Es una grave pérdida para la política, la cultura y la sociedad española…aunque puede ser un avance descomunal para la empresa privada española. Me refiero a la anunciada decisión de Pepiño Blanco de abandonar “la primera línea política a partir de la próxima legislatura”. Lo hace sin haber tenido el premio de haber sido, al menos, ministro, aunque todos sabemos que él podía ser más, mucho más, si se lo hubiera propuesto. “Siempre he dicho que no tenía ningún deseo o interés por ser miembro del Gobierno”, ha dicho Blanco en un gesto que le enaltece. Y ha añadido una frase enigmática: “con el paso del tiempo, todavía tengo menos”. Ignoro si se refiere a lo que ahora conoce de los ministros o a la dureza de la vida de un miembro del Gobierno, o a lo que debe hacer o saber cualquiera de los gestores del Gobierno de ZP…
De verdad que me ha dejado sin habla. ¿Podrá vivir no ya el PSOE sino la política española sin una de sus figuras más importantes? Pero tenemos que estar tranquilos. El secretario de Organización del PSOE no volverá a la cátedra ni a la presidencia de ninguno de los órganos reguladores de la vida pública española, tan necesitados de cabezas preclaras. Pepiño dice que tiene “alguna propuesta que puede resultar muy sugerente en el ámbito privado”. ¿El Corte Inglés, Zara, ACS, Acciona, Iberdrola, Endesa? Le voy a mandar uno de los libros de Leonard Thomas, el “gurú” del coaching, titulado “Guía de ocupaciones, ideas y trabajos rentables”. Aunque, bien mirado, el suyo, el actual es ya enormemente rentable. Ahora voy a llamar al PP a ver si alguno de los que yo me sé se solidarizan con él y se van, aunque sea a la empresa privada, que no sé lo que ha hecho para merecerse esto… No caerá esa breva.