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Sí es una cuestión personal

Sí es una cuestión personal

jueves 15 de julio de 2010, 19:31h

   Esta peli la hemos visto antes y además unas cuantas veces. Y hay que ser muy cinéfilo para apreciar si esta vez el silbido de las balas es más metálico y se confunde más o menos con la música de fondo de Ennio Morricone, mientras los parroquianos se refugian tras la puertas abatibles del saloon aunque no le quiten un solo ojo al duelo, en el centro de la calle polvorienta, de los dos pistoleros del farwest.

   O ya, en plan moderno, solo un verdadero friky podrá apreciar si las dentelladas del vampiro en la yugular son más profundas en esta nueva entrega de la saga Crepúsculo, aunque parezca casi imposible determinar quién es el guapo de la película, pues los dos protagonistas parecen apuntarse al papel de hombre lobo. Al menos, este remake de Estado de la Nación habrá disipado cualquier duda de los aún incrédulos: sí es una cuestión personal.

   Rajoy cree que su único obstáculo para llegar a la Moncloa es Zapatero y por eso solo piensa en destruirle personalmente, en demostrar que es peor, mucho peor que él, en hacer una piltrafa de  esa imagen de buenagente que aún pueda tener Zapatero en las retinas de muchos no socialistas que nunca votaron al PP. Por eso no preparó ni un folio, ni aceptó una sola ficha de sus colaboradores en la que se esbozara una sola alternativa sobre impuestos-pensiones-reforma laboral-reducción del déficit-ahorro energético… sobre lo que sea. La alternativa ya se inventará cuando se quite de en medio a ZP, ahora no hay que perder el tiempo. “!España tiene solución, usted no!” es el yes, we can del líder de la oposición.

   La única obsesión de Zapatero era ganarle de nuevo el cara a cara a Rajoy porque su obsesión no es otra que el resultado que den los titulares de los periódicos y los análisis del día siguiente en las tertulias. Esa es la hoja de ruta que le tienen preparada para estas ocasiones, desde hace seis años, Nacho Varela y José Enrique Serrano: “atácale, ponle nervioso… saldrá perdiendo”. Porque aunque tenemos  una nueva versión de Zapatero, esa especie de iluminado de ahora dispuesto al sacrificio- “me cueste lo que me cueste”-  por las reformas que necesita el país la estrategia sigue siendo la misma: se mantendrá en Moncloa y él mismo o su partido tendrán chance electoral siempre que Rajoy parezca peor al electorado. “¡Yo sé que estoy bajando en las encuestas pero usted no es que esté para tirar cohetes!” es su jocosa justificación. Si ese es el target ¿para qué hacer autocrítica, explicarle al ciudadano porqué tiene que apretarse el cinturón aún más, decirle al pensionista a cambio de qué le congelan la pensión, hacer firme promesa de que éste es el camino definitivo y si cambia lo hará con acuerdos de verdad…?

   Lo malo es que así nunca vamos a superar las audiencias de Cine de Barrio…

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