Kilómetro cero

Se descuelga ayer Mariano Rajoy con la propuesta de su partido, el PP, de conectar todas las capitales de provincia con Madrid mediante trenes de alta velocidad (insiste en lo de los 350 kph). Vuelve pues la España radial, la del aznarato. Se desempolva el kilómetro cero la madrileña Puerta del Sol. Estamos –de realizarse ese tipo de obras, para las cuales tendría que producirse una victoria electoral del PP en las generales de 2008- ante un irreal modelo centralista de transportes. Todos los caminos de hierro conducen a la capital de España, nueva Meca –o nueva Roma, que hay que ser ecuménicos- de los usuarios del ferrocarril. El viejo/nuevo modelo de vertebrar el territorio, frente al concepto de España en red, con nodos de enlace regionales.

Persisten los populares en los errores de su política de infraestructuras. Siguen con la melonada de unos 350 kilómetros por hora de unas líneas cuyo trazado orográfico no permite semejante velocidad. La prueba está ya en funcionamiento: el AVE Madrid/algún-día-Barcelona. En su momento, José María Aznar quiso superar a Felipe González y a los 200 kph del AVE Madrid/Sevilla. La realidad de la orografía y los ya insubsanables errores de trazado lo dejaron en lo que es en la actualidad. Cuando esté dotado de los trenes adecuados para esa línea, sólo en algunos tramos se alcanzarán los 300 kilómetros por hora.

Con total desvergüenza, los supracandidatos de los dos principales partidos españoles, al mitinear en apoyo de sus respectivas listas electorales, sueltan disparates y/o promesas no ya imposibles de cumplir, sino que ni siquiera existe una mínima intención de llevarlas a la práctica. Se miente a sabiendas de la imposibilidad técnica de realizarlas. Y tampoco suelen tener el reflejo mediático que se espera en campaña.

Palabras en el aire, promesas que se las lleva el viento, desconocimiento supino (aquí tanto el PP como el PSOE andan peligrosamente empatados) de la realidad geográfica de una España que, desde la introducción del ferrocarril, ha sido la pesadilla de generaciones de ingenieros. No en vano el nuestro, es el país de Europa en el que sale más caro el tendido de un kilómetro de vía férrea o la construcción de un kilómetro de autopista.

Rajoy o Zapatero -tanto monta- sueltan sus ideas-fuerza como el charlatán de feria que, junto al juego de mantas de Crevillente, te intenta colocar la batería de cocina, el colador y las tenacillas para el pelo fabricadas en China. Claro que el segundo, en la feria, le echa más convicción y más pasión que los dos primeros en sus mítines.