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El almacén de la discordia

El almacén de la discordia

sábado 18 de septiembre de 2010, 23:15h

‏ Nuevo desmentido y paso atrás del Gobierno. El almacén de residuos nucleares, que aprobaron al unísono populares y socialistas en el Congreso, no va a encontrar residencia oficial hasta que no acabe la contienda electoral de autonómicas y municipales.

   Este viernes, el siempre decidido ministro de Industria, Miguel Sebastián,  descolgó el teléfono y, antes de tener el visto bueno de sus colegas de gabinete, se dedicó a felicitar a los presidentes autonómicos que se habían librado de una presencia indeseada.

   Al afectado por el "regalo" del almacén" de la discordia, es decir a Francisco Camps, no le pudo localizar, tan atareado como está siempre en múltiples inauguraciones y festejos. Pero el ejecutivo valenciano si se dio por enterado ya que, pocas horas después, su vicepresidente tercero, Juan Cotino, que curiosamente es el propietario de los terrenos de la localidad de Zarra donde se iba a construir la ATC, salió indignado y advirtió que recurrirían la medida.

   No se sabe si fueron las desesperadas llamadas del secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, que vio como sus escasas posibilidades de voto se iban por la ventana junto con el almacén nuclear, pero el caso es que, encabezados por Maria Teresa Fernández de la Vega, un grupo de ministros le ganó la batalla a Sebastián.

   Y, nuevamente, donde dije "digo"... ya no digo nada. El impetuoso ministro desautorizado, la decisión aplazada a falta de unos informes técnicos que no se sabe de que van y una razón primordial: no se le pueden dar argumentos de campaña a un Francisco Camps al borde del precipicio legal.

   Para colmo, la segunda localidad con más puntos por su idoneidad, emplazamiento etc. es Ascó en Tarragona. A dos meses de las elecciones catalanas a ningún dirigente político se le pasaría por la cabeza abrir un nuevo conflicto con Montilla, que bastantes l ha habido ya por la sentencia del Estatut.

   La paradoja es que Montilla era ministro de Industria cuando se aprobó la creación del almacén nuclear y uno de sus principales defensores. Eso si, ha demostrado que lo quería en tierra extraña. Lo mismo debe decirse de Camps, que Aseguró no oponerse al almacén porque su partido, el PP, defiende la energía nuclear. Cosa distinta es si esto resta votos; en ese caso, que se vaya a otra parte.

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