El Zespíritu Psanto

José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente del Gobierno español me refiero claro está, debe ser un ciudadano con padrón que le permite votar en Cataluña. Además, su único voto debe ser equivalente, váyase a saber porqué, al de más de cinco millones de catalanes -más uno, porque si no la tesis quedaría anulada-, razón por la cuál tiene la incuestionable potestad de decidir por sí sólo unas elecciones. Vaya 'crack', ni el Messi preentrada de Ujfalusi. O bien es que es una deidad capaz de hacer milagros a la cuál es menester encomendarse para que se produzcan tales fines.

En estas tesituras se debe mover el presidente de la Generalitat, José Montilla, cuando se dirige a la grey como hizo este domingo el la tradicional Fiesta de la Rosa del PSC. "José Luis, me enfrento a alguien que te ha negado el voto pero se lo dio a Aznar -Padre, castígalo (eso no lo dijo, eh?)-, a alguien que quiere que Mariano Rajoy sea presidente" o "José Luis, las alternativas -o sea, mándalos al fuego eterno, idea (que conste de nuevo) tampoco expresada explícitamente por el mandatario catalán- son el extremismo, el independentismo, el lío, y no queremos cuatro años más de lío", dijo.

Hombre, don José, si olvidamos las premisas antes apuntadas, ¿no cree usted que a quien debe convencer con estos mensajes es a sus hipotéticos votantes y no a quien nada puede hacer para renovar su -la suya de presidente de la Generalitat, evidentemente- poltrona?. Pues diríjase a ellos, carámbanos. Si no es que -ay, pillín, pillín- sabe usted que el mensaje no va a calar por su boca sino a través de la del ser supremo.

Y, ojo, también sea dicho: no es usted el primero en su partido que opta por esta vía. Pues esta es característica, por otra parte, con copyright de los socialistas catalanes. Si nos fijamos, el resto de formaciones -incluso las adscritas al socialismo aun si sacar tanto pecho, ¡ay!, soberano- suelen invitar a sus mítines al líder máximo. Pero éste sólo actúa de complemento mediático, aunque, todo sea dicho, se le lleva por ser ampliamente carismático y único con verdaderas posibilidades de decantar la balanza. Pero sólo el PSC -también, por ejemplo cuando el falsamente recriminatorio "José Luis, te queremos mucho pero más a Cataluña"- opta decididamente por la sumisión al líder del PSOE. Sólo cabe recordar cómo le hicieron aparecer en el balcón del Palacio de la Generalitat, en 2003 y con la connivencia de la comparsa independentista, a partir de la confirmación de que se podía formar el primer Gobierno anticonvergente de la Generalitat en 23 años.

En fin, ¿nos visitan los extraterrestres?, ¿qué secretos encierran las pirámides?, ¿existe el PSC?. Son tres cuestiones sobre las cuales la humanidad no ha hallado respuestas, aunque sobre la tercera -ya que habíamos empezado expresándonos en términos metafísicos- cabe decir que Montilla ha arrojado un poco más de luz a las sospechas que han ido creciendo a lo largo de la época contemporánea.