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Nuevos vientos para el sistema de defensa continental

Nuevos vientos para el sistema de defensa continental

domingo 28 de noviembre de 2010, 06:18h
Por primera vez desde que fuera diseñado al final de la Segunda Guerra Mundial y al comienzo de la Guerra Fría está a punto de iniciarse un proceso de discusión acerca de la reforma del sistema interamericano de Defensa. El crítico discurso de la ministra Garré en Bolivia fue determinante.
La semana pasada, cuando la ministra de Defensa, Nilda Garré, pronunciara su discurso ante la IX Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas lanzó una sobria mirada crítica acerca del funcionamiento de la Junta Interamericana de Defensa (JID) y propuso que se realizara una conferencia ministerial para resolver la reforma, adaptación o supresión del organismo.

La JID fue fundada en 1942 en los años duros de la Segunda Guerra Mundial para enfrentar al Eje nazi fascista y al Japón y también extender su influencia en “las Américas”.

Garré también aludió a que esa reunión también debería examinar el funcionamiento del Colegio Interamericano de Defensa, un organismo de formación de posgrado de militares del continente fuertemente influido por Estados Unidos y las viejas teorías de la Guerra Fría y las doctrinas de las “nuevas amenazas”, favoritas ahora de los poderes emergentes.

Para que nada faltara, la ministra argentina incluyó al Tratado de Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), aquél convenio entre los países americanos, suscripto al comienzo de la Guerra Fría, entre las cuestiones que deberían discutirse en ese cónclave doctrinario.

El TIAR era fuertemente anticomunista y se planteaba como un mecanismo en contra de la intervención de fuerzas militares externas al continente.

A ello apeló Estados Unidos cuando la “crisis de los misiles” en 1962, cuando Cuba aceptara la instalación de cohetes soviéticos en su territorio.

Aquella situación, que llevara al límite la posibilidad de una guerra nuclear, se zanjó con el pacto de no invasión a Cuba por parte de los Estados Unidos.

Pero el TIAR no sirvió cuando la dictadura del proceso apeló a ese mecanismo durante la guerra de las Malvinas y allí quedara desnudada su condición de arma jurídica al servicio de la potencia militar dominante.

Hoy, resulta bastante evidente la obsolescencia de estos tratados e instituciones.

Sobre todo, porque la emergencia de una política latinoamericana ha dado paso a la conformación la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y a su Consejo Suramericano de Defensa.

Estas instituciones construyen un nuevo perfil subcontinental basado en la perspectiva histórica de “la Patria Grande” y con perspectivas de modernización y justicia, que dista de ser agresivo con Estados Unidos, pero que construye su alternativa propia, sobre la base de construir una “región de paz” en su amplio territorio.

La propuesta argentina fue aprobada por el plenario de la IX Conferencia de Ministros de Defensa, que “recomendó” a la Organización de Estados Americanos (OEA) la convocatoria de esta conferencia revisora y de discusión política amplia sobre un marco continental que, no solamente en el plano de la Defensa, presenta emergentes y potentes realidades de cambio político, económico, social y cultural.

Por primera vez, desde que quedara diseñado este sistema interamericano de Defensa, las nuevas voces se abren paso y lo que se diseñó en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), la semana pasada, ratifica la vigencia de un nuevo tiempo político e histórico

Por Jorge Bernetti
Director de Comunicación Social del Ministerio de Defensa
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