¿Día de la mujer trabajadora?

¿Qué es lo que se va a celebrar el próximo día 8 de marzo, DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA?  Me hago esta pregunta, en sintonía con la que se acaba de hacer la concejala de IU en el Ayuntamiento de Madrid, Raquel López. ¿Va a ser el año 2011 un buen año para la mujer? Me temo que este año las mujeres españolas no van a tener muchas cosas que celebrar. La Reforma Laboral llevada a cabo por el gobierno (¡por el gobierno socialista!) está resultando ser, al menos desde el punto de vista de “la izquierda” (lo que queda de la izquierda),  un grave atentado contra las mujeres y sus derechos, en plena primera década del siglo XXI, cuando uno creía, ingenuamente, que la mujer estaba empezando a alcanzar en nuestro país la total e indiscriminada igualdad con los hombres.

Esas Reformas –sigo en sintonía con Raquel- no sólo están suponiendo un ataque radical a los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras en la historia de la democracia, sino que las condenarán al desamparo en los momentos más vulnerables de sus vidas: cuando se jubilen. ¿Cuántas de ellas habrán podido cotizar 37 años de trabajo, como figura en los planes de este gobierno? ¿Cuántas mujeres hoy en España pueden pensar con tranquilidad en su futuro y su jubilación, con un gobierno (¡socialista!) que ha acabado bajándose los pantalones ante los ricos (empresarios y patronal) para acabar facilitando y abaratando los despidos? Estas Reformas están significando una verdadera y brutal agresión contra las mujeres, a las que van a obligar a retroceder décadas en el disfrute de unos derechos que se han tardado siglos en conquistar.

Algunos dirán –dicen- que el gobierno (¡socialista!) no ha tenido más remedio que llegar a estas “Reformas”, por imperativo de la Unión Europea. (¿Hay que seguir siempre las pautas de la UE ?). Puede ser. Pero no hay que olvidar, por ejemplo, datos como estos: en el año 2007, el 71% de los hombres que se jubilaron con 65 o más años tenían 37 años cotizados. Por su parte, sólo un 23% de las mujeres estaban en la misma situación. ¿Y qué pasó con el resto, cuando para cobrar la pensión mínima hacía falta cotizar no menos de 15 años? En este momento (2011), el incremento del periodo del cálculo, nada menos que a 25 años, va a incrementar a su vez, de manera inevitable, la discriminación de las mujeres, debido a las enormes lagunas que se van a producir en sus cotizaciones, a causa de su discriminación laboral. (No hay que olvidar que más de la mitad de las mujeres pensionistas lo son  por un derecho derivado: la mayoría, por viudedad).

¿Cuántos de los ciudadanos saben que el 81% de los trabajos a tiempo parcial están desempeñados por mujeres? ¿Y cuántos han olvidado que las mujeres no están incorporadas al mundo laboral en el mismo porcentaje que los hombres, ni que cobran una media del 20% menos que los varones por realizar el mismo trabajo que ellos? ¿Cuántos ciudadanos españoles saben que hay muchas empresas donde despiden a las mujeres en cuanto se constata que están –o quieren estar- embarazadas? ¿Qué hay muchas empresas donde, para emplear a una mujer, la sondean previamente para saber si tienen intención de ser madres? ¿Qué fue de ellas, dónde están, las 170.000 mujeres que en 2010 dejaron en España sus hogares para buscar un empleo?

¿Cuántos ciudadanos españoles están sensibilizados para hacerse una idea de los problemas con que se enfrentan en nuestro país las mujeres inmigrantes, latinas, africanas o europeas? Muchas de ellas ya se están viendo obligadas a retornar a sus países de origen, con lo que todo esto significa: una auténtica tragedia para miles de ellas, que dejaron su tierra y su familia huyendo de la tiranía, la pobreza o la miseria.

Unas y otras volverán a verse obligadas a limitarse a esos trabajos a los cuales una “sociedad gobernada por hombres” impelió siempre, desde el principio de los siglos, a realizar: parir hijos, cuidar de ellos y de la casa, esperando la vuelta (¿de dónde?) del marido, y atender a los mayores de la familia, ahorrándole así al Estado millones de euros, gracias a una mano de obra “tan natural” y… ¡tan barata!; a un gobierno (¡socialista!)…que un día creó un Ministerio de Igualdad y que, ante las vergonzosas y machistas críticas de los “hombres” (de la derecha, de la izquierda, y de Dios), rebajaría de categoría reduciéndolo a una pobre y silenciosa Secretaría de Estado".