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Se creen lo más “in” pero están entre el Vips y el MacDonals

Se creen lo más “in” pero están entre el Vips y el MacDonals

viernes 13 de julio de 2007, 10:29h
En un marco de los más incomparables de Madrid, el histórico Hotel Victoria de la Plaza de Santa Ana, el de los toreros de toda la vida, tenemos ahora uno de los restaurantes más de moda de Madrid, el MIDNIGHT ROSE.
Lo primero que sorprende cuando uno quiere hacer la reserva para cenar allí es que tienes que escoger entre las 21,30 o las 22,30. A las 22 ellos no admiten reserva. Por fin decides que sí y pides zona de fumador, pues tampoco puede ser, pero como la curiosidad es mayor que nuestras reticencias aceptamos sus condiciones. Y llega la noche de la cena, un miércoles de julio.

Cuando entramos nos encontramos con un restaurante muuuy oscuro, con todas la paredes negras y muy mala iluminación, sillas de escay para quienes usan talla 36 (es decir incómodas para la mayoría y que se te pegan al cuerpo), mantelitos de plástico (también negros), camareros uniformados con ajustadas camisetas marrones (un color tan poco favorecedor y nada profesional en el gremio), una cocina a la vista (pero sin un cristal que impida inundar el restaurante de todos los olores que allí se cuecen) cocineros ¡con gorras!.... Coincidirán con nosotros que si no les hubiésemos dicho que es un restaurante de moda pensarían que les hablamos del Vips o de MacDonals, pues no.

Pero dirán ustedes que el comer es lo importante. Nosotros también lo pensamos, por eso a pesar de los inconvenientes iniciales nos quedamos. La carta no tiene mala pinta, en principio. Hay que reconocer que el gazpacho de melón con virutas de jamón y langostinos de Huelva es exquisito. También podemos tomar un tartar de atún excesivamente aderezado con salsa japonesa, es decir, no está mal pero resulta algo corriente. O pueden elegir un plato de espárragos con habitas rehogadas y huevos escalfados. Si optan por este plato será uno de sus errores. Y es que los espárragos desde luego no son de Navarra (los mejores) y las habitas estaban duras como perdigones. También tienen en la carta un rape que al final deja  un regusto que nos hace dudar de si el rape estaba fresco o era de antes de ayer. Y llegamos a los postres. ¡¡¡¡¡¡¡Ni se les ocurra pedir el bizcocho de pistacho!!!!!!!!!!!! Lleva un helado de calabaza más una espuma de sabor desconocido. El resultado es una mala combinación que parece pensada para quienes están a dieta.

En fin, que la cena deja mucho que desear. Y es que al frente de la cocina está Jaime Renedo, un joven cocinero de 24 años al que, evidentemente le queda mecho por aprender y experimentar antes de ser jefe de cocina de un restaurante de moda en Madrid.

Eso sí,  en la factura sí que están a la altura de  cualquier BUEN restaurante de moda. Es carísimo para la calidad, la cantidad y la elaboración de lo que ofrecen. Unos 60 Euros por persona,  te quedas con hambre, y encima tardan muchísimo en atender.

Y pasamos a otro apartado, el de las copas. Porque otro de los reclamos del nuevo hotel Victoria es la terraza para tomar copas. Que no llegamos a conocer, y se preguntarán ustedes por qué, pues fácil, en la puerta de la calle un MACARRA de casa de mala vida nos trató como si nosotros también los fuéramos, y desistimos. Eso sí, fuimos a quejarnos a la jefa de sala del Restaurante ya que es el mismo negocio. Pero para nuestra sorpresa, y después de haber pagado 60 euros por cabeza y tener todavía hambre, el trato de ella fue el mismo que el del macarra de la terraza. (Hay que reconocer que los camareros del restaurante son bastante amables). Terminamos en una de las estupendas terrazas de la plaza de Santa Ana tomando las copas estupendamente.

Así que nuestra recomendación es que empiecen ustedes por donde nosotros terminamos: Vayan a cualquiera de los restaurantes de la Plaza de Santa Ana. Los hay de comida tradicional, moderna o los clásicos pinchos, y todos con estupendas terrazas. En cualquiera de ellos la comida, el trato y el precio son mucho mejor que en Midnightrose.

CALIFICACIÓN

COMIDA: 4 (le queda mucho por aprender al jefe de cocina)
AMBIENTE: 5 (mediocre con pretensiones)
SERVICIO: 3 (los camareros son amables, pero sus jefes, impresentables)
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