El debate de los números: Economía keynesiana (PSOE) frente a economía indefinida (PP)

Una cuestión ha quedado clara después de escuchar a los dos aspirantes al Gobierno de España: que Alfredo Pérez Rubalcaba, el exministro y candidato socialista sí se ha leído el programa del PP, y que Mariano Rajoy tiene claro a quien echar la culpa de la crisis. Fuera de eso, los dos candidatos que aspiran a gobernarnos tienen una forma de afrontar el espinoso debate de la economía muy distinta: constatación de la realidad económica y acusación de mentira por parte del Partido Popular frente a la repetición constante de medidas que evocan el modelo keynesiano de la economía, es decir la intervención pública.

"No voy a meter dinero público", ha sido la constante del candidato popular Mariano Rajoy. La de su homólogo socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido la de intervenir desde el Gobierno la economía. En definitiva, el debate más esperado no ha hecho sino confirmar que el PSOE sigue defendiendo la intervención del Estado, pese a que Bruselas ha dejado claro que no va a permitir ninguna reforma que se aparte del ajuste fiscal y de control de gasto que se ha marcado para cumplir con el objetivo de estabilidad presupuestaria. Pero también es cierto que Rubalcaba ha dejado claras sus primeras medidas si llega al Ejecutivo, frente a la tradicional imprecisión del candidato popular. Otra cuestión es que nos gusten o nos convenzan, pero para eso están las urnas.

El modelo que ha propuesto Rubalcaba es un claro ejemplo de manual de economía intervenida, con una sorpresa original al menos. Se trata de la decisión de retrasar hasta 2015 los planes de ajuste acordados por la Eurozona para cumplir con el objetivo de recorte del déficit. Después ha acudido a las fórmulas tradicionales para impulsar el empleo (dinero público, exenciones fiscales y subvenciones a las empresas) y al guiño social permanente al no recorte de la  protección y el Estado del Bienestar. Eso sí, ha recurrido a las subidas de impuestos que se acaban de decidir en Francia para dejar caer el uso de mayores impuestos, sobre todo a la banca y las grandes fortunas, con el objetivo de subvencionar el gasto público. Incluso ha hablado de un Plan Marshall de inversión. Como se ve, Keynes en estado puro.

Frente a esta declaración de principios, el Rajoy de este debate ha querido emular al Aznar de los noventa, que apabullaba con datos, datos, datos...Pero salvo el capítulo del empleo, en el que ha brillado más su intervención, la explicación de su programa se ha quedado en una certeza, la de austeridad. Fuera de eso, nada ha podido, querido, explicar sobre las medidas concretas que usará el PP si llega al Ejecutivo. Ha sido un Mariano Rajoy claro en detallar la culpa del Gobierno en el agravamiento de la crisis, pero torpe en aclarar su programa.

Sólo ha mostrado una reacción más acalorada cuando ha mencionado: ¿Como me puede hablar usted a mí del desempleo? Le ha espetado un Rajoy que no ha abandonado en ningún momento los papeles que contenían su intervención, hasta para refutar declaraciones del día anterior realizadas para un diario argentino, sobre la remodelación del seguro de desempleo que pensaba acometer.

La conclusión sobre ambas intervenciones casi hacía buena una de las frases más inspiradas de Rubalcaba, espetadas al principio de la intervención hacia Rajoy: "Si cuenta lo que tiene en la cabeza ni sus electores le votarían".


Las propuestas económicas

Fueron pocas y mal explicadas, fruto de la contención de tiempo que el moderador -y el pacto de ambos candidatos- exigieron.

Rubalcaba:
- Pedir a la UE que retrase dos años, de 2013 a 2015, la reducción del déficit público al 3 % del PIB.

- Reclamar al Banco Central Europeo (BCE) nuevas bajadas de los tipos de interés.

- Pedir al Banco Europeo de Inversiones (BEI) un "Plan Marshall" para Europa de 70.000 millones de euros.

- Crear nuevos impuestos a las grandes fortunas y a los bancos, y revisar el impuesto de sociedades.

- Reforzar el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para mejorar la financiación de las empresas.

- Subvencionar las cuotas a la Seguridad Social de las pequeñas empresas (menos de 50 trabajadores) que creen empleo.


Rajoy:

- Desarrollar la reforma constitucional que limita el déficit público y fijar un techo de gasto y endeudamiento para las Administraciones Públicas.

- Fijar la responsabilidad de los gestores públicos que tomen decisiones de gasto sin tener un respaldo presupuestario.

- Acometer una nueva reforma laboral y dar prioridad a los convenios de empresa frente a los sectoriales

- Conceder una desgravación de 3.000 euros a las pymes que contraten a su primer trabajador.

- Permitir que los autónomos no paguen el IVA hasta que hayan cobrado la factura correspondiente.

- Otorgar créditos a los ayuntamientos a través del ICO para pagar a los proveedores.