Eliot Spitzer, gobernador de Nueva York, ha modificado su propuesta original de otorgar a los neoyorquinos una licencia de conducir única a la que también podían aplicar los inmigrantes sin número de seguridad social, por un nuevo plan que incluye tres versiones del documento y deja a los indocumentados sin los derechos federales que otorga la licencia a los ciudadanos. Con la nueva propuesta Nueva York se convierte en el primer estado en adoptar medidas de seguridad que el gobierno de George Bush intenta hacer efectivas en todo el país.
El gobernador de Nueva York, el demócrata Eliot Spitzer, anunció este fin de semana una modificación a su polémica propuesta de otorgar licencias de conducir a inmimgrantes ilegales, que excluye a los extranjeros indocumentados del reconocimiento federal que tiene el documento.
Tras haber llegado a un acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Spitzer anunció el sábado que los neoyorquinos podrán optar por tres tipos de licencias de conducir: la primera podrá ser solicitada
por ciudadanos e inmigrantes legales y podrá ser utilizada para viajar dentro del territorio de Estados Unidos y para entrar en edificios federales. La segunda versión podrá ser solicitada por ciudadanos que viven al norte y oeste del estado de Nueva York y les permitirá además cruzar la frontera con Canadá. Y la tercera versión podrá ser solicitada por inmigrantes ilegales, y utilizada únicamente para conducir, sin derecho a ninguna de las ventajas que tienen las otras dos versiones.
Con esta nueva propuesta Spitzer se acoge a las políticas del gobierno de George Bush de poner en marcha un programa de seguridad llamado REAL ID, que busca, entre otros propósitos, limitar el uso de la licencia de conducir como documento legal para movilizarse en el país.
La propuesta original de Spitzer, hecha pública el pasado 21 de septiembre, consistía en un sólo documento que no hacía distinciones entre los derechos que la licencia de conducir otorgaba a su poseedor. Entonces el gobernador recibió el apoyo de las organizaciones de inmigrantes y el rechazo absoluto del senado de Nueva York. Según informó la prensa local neoyorquina ayer, lunes, ahora los inmigrantes llaman traidor a Spitzer, pero los políticos tampoco están plenamente convencidos de que el nuevo plan sea el más adecuado para tratar los temas de seguridad en el estado, mientras que los demócratas consideran que Spitzer se ha vendido al gobierno federal.
Por otra parte, la nueva propuesta ha ganado el apoyo del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien se había mostrado escéptico con la propuesta original, y de la senadora, Hillary Clinton.
En una entrevista con la cadena de televisión local NY1, Spitzer comparó la licencia de conducir con la Metrocard, la tarjeta que permite a los ciudadanos utilizar el metro y el autobús en la ciudad de Nueva York.
"No creo que [la licencia de conducir] sea un privilegio mayor que la Metrocard. Cuando entramos en las estaciones de metro para comprar una Metrocard nadie nos dice 'Demuestra que eres un ciudadano'; nadie dice '¿Dónde te criaste?'. Es un documento que refleja el pago por utilizar el metro", dijo el gobernado a la cadena de televisión.
Spitzer considera que la licencia de conducir hará más visibles a los indocumentados, mientras que los defensores de los inmigrantes consideran que la medida tendrá el efecto contrario.
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