Un encierro de toros infames y 'ninis' de Jandilla se cargan otro aburrido festejo y van...

Récord mundial de Jandilla. Ha empeorado la pésima imagen que están dejando los toros en lo que va de una Feria que se acerca a su final sin que haya salido uno digno de alta mención, aunque algunos pocos -muy pocos, demasiado pocos- se hayan salvado de la quema. Y a la quema antes que a Las Ventas tendría que haber mandado Borja Domecq sus bureles o lo que fuera aquello, que lo tenían todo para sacarle los colores. Eran como, por desgracia la mayoría de los jóvenes de hoy, 'ninis'. Ni trapío, ni casta, ni bravura, ni fuerza ni 'na' de 'na'.

O sea, podridos del 'to', a años luz del primigenio 'bos taurus'. O sea que se cargaron una corrida de sopor, que fue empeorando en su desarrollo con la aparición de un fuerte chaparrón hasta el final. También se cargaron las ilusiones, si es que las traían, de la terna, que tampoco demostró muchas luces ni imaginación ni recursos. Con decir que, dentro de las circunstancias fue El Fandi el único que remedó en algunos pasajes de lo que es o debe ser el toro, está dicho todo, ¿no? Pues eso.

Aconteció en el el cuarto, de Las Ramblas, que al menos aportó algo de movilidad y cierta codicia en la muleta. Lo primero lo aprovechó el granadino para acercarse a la ortodoxia en un ramillete aceptable de verónicas, y luego para alejarse de ella con los garapullos, aunque dando espectáculo (más bien deportivo y atlético, pero espectáculo), sobre todo en el tercer par al violín y rectificando terrenos: citó hacia afuera y clavó por los adentros. 

Luego en la pañosa el coletudo, que empezó de hinojos, ya no aprovechó nada y tras un par de series vulgares el bicho se fue parando y su matador se fue desengañando. Pero, como aplicó lo del chiste de Gila: es decir que estuvo torpe pero voluntarioso, se le agradeció en la única ovación, tibia pero ovación, al término de cualquiera de las faenas. Con el flojo primero Fandi no sólo fue irrelevante con percal y muleta, sino que hasta fracasó con su numerito de las banderillas.

Arrimones entre las astas

Igual de voluntariosos anduvieron Daniel Luque y Jiménez Fortes, que compitieron en quites con Fandi también sin lucimiento pero con voluntad. El sevillano muleteó de salón al inválido tercero dibujando algún atisbo de pase, pero, claro sin emoción alguna. El otro, no sólo se acabó antes de llegar a la flámula, sino que empezó a defenderse con arreones y Luque abrevió.

El malagueño, en su despedida de San Isidro quiso realizar la cuadratura del círculo: torear sin toros. Misión imposible. En vista de lo cual, para mostrar sus deseos de agradar decidió pegarse sendos arrimones, mayormente con su primero, entre las afiladas astas de sus enemigos, aunque ni así se levantó el ánimo del respetable. Lo dicho/escrito, nuevo petardazo de Jandilla y nuevo festejo para olvidar. Y van...


- Pinche aquí para ver el vídeo de Canal + con los mejores momentos de la Feria

>> Todas las crónicas de San Isidro 2013>>