Desastre ganadero, incompetencia presidencial y oreja para Rubén Pinar

Ya se sabe eso de los malos principios que auguran buenos finales. Rezaremos al dios laico de esta religión compulsiva que es la Fiesta para que así sea en el abono más importante y torista de septiembre, el de Albacete. Que este domingo empezó mal, con una corrida inválida de Puerto de San Lorenzo, a excepción del sexto, al que arrancó una oreja Rubén Pinar. Quedando sin opciones Alberto Aguilar y Joselito Adame.

Ya se sabe que cuando el toro se cae, la Fiesta se cae. Más cuando la autoridad -¿a quién defiende?- es  cómplice de la tomadura de pelo a la afición 'lpagana'. Más que cómplice, al no devolver a los corrales a ninguo -excepcto el 5º, que se rimpió una pata nada más saltar al ruedo-, algo peor: culpable. Porque el 6º, que al menos se mantenía en pie, que fue muy bien picado por Daniel López y frente al cual Rubén Pinar tiró de oficio y tesón para arrancarle una oreja fundamentalmente por varias buenas series al natural, le premió con vuelta al ruedo por su cuenta y riesgo, de forma antirreglamentaria y sorpredente y...

Esa facilidad para el moquero azul no la apuntó Don Luis Natalio Cuesta -que en líneas generales es un usía correcto- con el verde para echar para atrás a varios 'puertosanlorenzinos', por lo que los debutantes Aguilar y Adame, e incluso el propio Pinar en el tercero, se limitaron a algún breve apunte y a matarlos, eso sí bastante mal. Al menos a Pinar esa oreja le ha servido para sustituir el miércoles al herido Manuel Escribano. Al menos, aunque la corrida tuvi el alto trapío que se exige en Albacete, la Feria ya casi ha tocado fondo negativo. Sólo puede mejorar, salvo que la autoridad siga defendiendo todo menos a la afición.