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Rosa Díez con Ignacio Prendes, diputado autonómico de UPyD
Rosa Díez con Ignacio Prendes, diputado autonómico de UPyD

Ruptura en Asturias: las contradicciones de Rosa Díez con la ley electoral

viernes 08 de noviembre de 2013, 11:04h
Rosa Díez decidió romper el pacto en Asturias y ha desestabilizado el gobierno del socialista Javier Fernández. La ruptura la explicó Díez en que Fernández le mintió y no acepta reformar una ley electoral que beneficia a los grandes partidos -PP y PSOE- y perjudica al resto, con el objetivo evidente de perpetuar un 'sinarquía dentro de una partitocracia bipartidista'. Pero la reforma que plantea UPyD es todavía más incongruente que la que existe en la actualidad.
En la última semana, UPyD y PSOE se han tirado los trastos a la cabeza: uno al otro se acusan de deshonor por haber roto su palabra. Rosa Díez dice que el presidente autonómico y líder del PSOE asturiano, Javier Fernández, incumple lo que promete, y que lo que prometió fue la reforma de la ley electoral autonómica. Los socialistas responden que Díez miente y que se pactó esa reforma siempre y cuando hubiera una mayoría absoluta reforzada para realizarla, es decir, contando con dos tercios del parlamento asturiano.

Nadie se aclara: ante tanto mensaje contradictorio nadie sabe ya quién miente y quién dice la verdad. Pero hay unos datos objetivos que no llaman a engaño: la reforma de ley electoral en Asturias que pretende la formación magenta es, como mínimo, tan 'loca' como la ley que actualmente rige en las elecciones regionales.

Una ley realmente incomprensible

El análisis de la situación realizado por medios socialistas no deja lugar a dudas: en la actual ley electoral, Asturias, pese a ser una comunidad uniprovincial y más bien pequeña, está incomprensiblemente dividida en tres circunscripciones: oriente, occidente y central. Y ni siquiera se respetan criterios poblaciones, razón por la que se dice que conseguir un escaño en el oriente, por ejemplo, puede costar algo así como la mitad que otro escaño en el centro. Y así sucesivamente.

Como se ve, la ley es ya de por sí suficientemente injusta y se aprobó en su día a capricho de la antigua Unión de Centro Democrático (UCD), utilizando fórmulas que le dieran el control de la región en unas elecciones iniciales (estudios sobre concentración de ideas políticas en la población, de forma que se prime más a zonas que presumiblemente estén inclinadas a votar a la fuerza política que proyecta la ley).

Pero, además, esa ley es doblemente injustamente, porque a lo anteriormente dicho se añade la triple aplicación de los efectos de la Ley D'Hont que, como se sabe, prima a los partidos mayoritarios y perjudica al resto de formaciones: se aplica la ley, claro está, en cada circunscripción, triplicando, por tanto, el efecto nocivo de la misma.

¿Qué reforma aplicar?

Y aquí viene el problema. UPyD, que sólo cuenta con un diputado autonómico, Ignacio Prendes, pero que ha resultado decisivo, planteaba en su reforma que, de los 45 diputados de la Junta, 35 se siguieran eligiendo en las tres circunscripciones en que se divide Asturias y que el resto se asignasen entre los votos no usados (cocientes). También abría una puerta al desbloqueo de las candidaturas.

Hay que recordar que el PSOE cuenta con 17 diputados en el Parlamento asturiano, mientras que Foro Asturias -de Álvarez-Cascos- suma 12 representantes; 10 el PP; IU cuenta con 5 escaños y UPyD con uno.

Esa reforma es "una locura", según medios políticos, porque perpetúa un sistema injusto, pero añadiendo otra injusticia más: que con el sistema de restos, alguien que vote a una determinada persona o partido en el occidente asturiano -en Luarca, por ejemplo-, su voto puede ir a un resto que puede servir para elegir a otro diputado en el lado, el oriente asturiano, o en la cuenca minera...

Lo más lógico sería plantear una sola circunscripción; lógico y justo para una comunidad tan pequeña... pero...

 
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