Según Rubio, “cuando un perito no cumple con los requisitos legalmente establecidos para serlo, éste es más fácilmente recusable”. Así, si un perito informático no está titulado en Ingeniería o Ingeniería Técnica en Informática, la contraparte podría solicitar al juez su recusación, puesto que la Ley de Enjuiciamiento Civil, en su artículo 340.1, establece claramente que se ha de estar en posesión de un título facultativo cuando el objeto de la pericia esté recogido en estudios reglados. “En los últimos meses y semanas, ha sido necesaria la colaboración”, según Rubio, “de diversos peritos informáticos en casos muy mediáticos, como el caso Bárcenas, el caso Nóos, la trama de los ERE de Andalucía y el asesinato de la joven gallega Asunta Basterra”. En este tipo de casos, “es de vital importancia contar con peritos informáticos colegiados” para evitar posibles impugnaciones de los resultados de las pericias.
Por tanto, advierte Rubio, “lo mejor es contar siempre con un perito informático colegiado”, ya que la colegiación “garantiza tanto la posesión de la titulación correspondiente como que el perito se encuentra en el pleno ejercicio de sus facultades profesionales, es decir, que no ha sido inhabilitado por el Colegio debido a mala praxis profesional”. Para ello, Rubio recomienda “acudir siempre a un Colegio Profesional de Ingenieros o Ingenieros Técnicos en Informática a solicitar un perito informático o, en caso de dirigirse directamente al profesional, exigirle credenciales de colegiación, que serán, o bien carné profesional, o bien certificado colegial”.
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