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La batalla de Madrid se resolverá en los pactos obligados del 25-M

La batalla de Madrid se resolverá en los pactos obligados del 25-M

sábado 07 de marzo de 2015, 21:05h
La batalla de Madrid va a ser la más complicada y difícil de todas las batallas electorales del 24 de mayo. El Partido Popular parte con ventaja pero su actual mayoría absoluta es impensable y y tendrá que negociar con un único interlocutor, Ciudadanos. Más compleja será la negociación  imprescindible entre el PSOE y la suma de fuerzas a su izquierda. De los seis partidos que van a competir de verdad, dos pueden quedarse a las puertas de la Asamblea.

Vayamos grupo a grupo: el Partido Popular consiguió en 2011 un récord, de los 129 parlamentarios de la Asamblea regional, nada menos que 72 tienen el azul y la gaviota en sus uniformes, siete por encima de la mayoría absoluta, casi un 52% de los votantes eligieron a Esperanza Aguirre para presidir la Comunidad y una cifra muy parecida a Alberto Ruiz Gallardón para el Ayuntamiento de la capital. Ninguno de los dos cumplió su mandato.

Si tomamos en consideración las últimas encuestas publicadas por los medios de comunicación, las cosas han cambiado y mucho para los populares. Según Metroscopia, el PP habría perdido 23 puntos y con esa perdida la holgada mayoría absoluta de la que ha disfrutado durante cuatro años. Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes tienen apenas 75 días para que ese negro futuro cambie, pero es casi imposible que puedan conseguir ambos gobiernos por si solas. Van a tener que negociar y la única formación que aparece en su horizonte es Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera, el mismo al que el portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Rafael Hernando, quiso ningunearlo llamándolo " Naranjito", una acción que se volvió contra su partido merced a la reacción del dirigente catalán, que hizo suyo el apodo y lo convirtió en todo un éxito en las redes sociales.

Miremos al PSOE: el cambio de Tomás Gómez por Ángel Gabilondo puede ayudarle a recuperar los votos perdidos desde 2011, pero si no quiere convertirse en tercera o cuarta fuerza política en la Comunidad va a necesitar mucho más de lo que consiguió hace cuatro años. Tuvo entonces un 24% de votos y con ese porcentaje, 34 escaños. A finales de mayo y con dos nuevas formaciones compitiendo con posibilidades de sentar a sus representantes en la Asamblea esos números no serán suficientes para sentarse a negociar como líderes de la minoría. Si Ciudadanos puede y de hecho lo ha logrado, arrebatarle apoyos por su derecha, Podemos lo ha hecho por su izquierda, y si al final la formación de Pablo Iglesias logra que la candidatura sea única y que en ella se sumen el resto de fuerzas de izquierdas, incluida la IU de Alberto Garzón y la plataforma de Tania Sanchez, pueden ser la segunda fuerza política el día 24 de mayo.

Si Izquierda Unida concurriera en solitario a la cita con las urnas, con los resultados de las últimas encuestas en las manos, sus posibilidades de quedarse fuera del Parlamento regional son muchas dado que está rozando el 5% necesario para estar en él. Algo muy parecido, pero en peor, le ocurre a la UPyD de Rosa Díez, fagocitado su electorado por Ciudadanos y con escasas posibilidades de superar ese cinco por ciento necesario para tener escaños. Si así fuera en ambos casos, el cálculo de reparto de asientos en la Asamblea se volvería muy complicado ya que los restos jugarían un papel esencial y los primeros en la batalla encontrarían un aliado inesperado en la Ley D'Hont, sobre todo el Partido Popular, que debe ser el más votado salvo que sus dirigentes se empeñen en lo contrario y lo logren como han estado a punto de hacer con la demora en la elección de los candidatos.

En 2011 y con una abstención del 31,67%, el PP arrasó a sus competidores, tanto a nivel autonómico como municipal. Eso es prácticamente imposible que vuelva a ocurrir, de ahí la importancia que tienen los segundos niveles, el resto de candidaturas para los 178 municipios que conforman la Comunidad. Serán esos candidatos a alcaldes los que pueden sumar o restar votos a Cristina Cifuentes, por supuesto con Esperanza Aguirre a la cabeza, por algo la capital representa la mitad de votos que tradicionalmente han conseguido los populares desde el lejano 1983, cuando ganaron los socialistas y Joaquín Leguina se convirtió en presidente.

Con las encuestas como referencia y dándole un margen importante de mejora el PP no alcanzaría los 50 escaños y a lo peor para sus colores ni los 45. En ese caso necesitaría que Ciudadanos consiguiera el milagro del pan y los peces, ya que tendría que pasar de los 4.888 votos que consiguió en 2011 con el 0,16% sobre el total a no menos de un 15%, y eso sólo parece posible si UPyD no consigue representación parlamentaria. Algo que ya les ocurrió en 2011 a catorce formaciones menores que, eso sí, tuvieron 140.000 votos.

En el caso de los socialistas y del partido que puedan formar Podemos, Ganemos e Izquierda Unida, estarán obligados a unirse para gobernar, siempre eso sí que las matemáticas les acompañen y entre los dos sumen por lo menos una cifra similar a la del Partido Popular. Podríamos ver como el PP y sus 45-50 escaños buscarían el apoyo de los 15-20 de Ciudadanos, mientras que los 25 - 25 del centro izquierda y de la izquierda más radical tendrían que negociar a cara de perro los apoyos parlamentarios y un hipotético gobierno de coalición.
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