Lejos de apaciguarse el país avanza a la confrontación

Lejos de acercarse la pacificación en el país, se intensifican las protestas de uno y otro lado. La dirigencia cívica cruceña convocó para una gran marcha hoy en la tarde y se ha anunciado un paro en seis departamentos para el miércoles.

Una gran cantidad de personas se hizo presente en la plaza 24 de Septiembre, para protestar por la aprobación en grande de la nueva constitución, que generó graves conflictos en Sucre el fin de semana.

Del otro lado, el presidente Evo Morales se unió a una marcha de campesinos en La Paz que se dirigía hacia el centro de la ciudad, exigiendo la aprobación de la Ley de la Renta Dignidad, utilizando los recursos del IDH de las prefecturas.

Los líderes de ambos bandos se culparon mutuamente, con similar tono incendiario, de la violencia que causó tres muertos y 300 heridos en Sucre el pasado fin de semana, y de dividir a Bolivia y llevarla a una guerra entre hermanos.
Obviando tres días de disturbios en Sucre, por la decisión del oficialismo de aprobar su nueva Carta Magna sin contar para nada con la oposición, Morales pidió hoy a sus constituyentes que vuelvan a reunirse para acabar el proceso.

La Paz:  El presidente Evo Morales y la oposición boliviana radicalizaron hoy sus discursos, compitieron con manifestaciones multitudinarias en La Paz y Santa Cruz, desoyeron los llamados a la moderación y parecen dispuestos a medir sus fuerzas en una confrontación violenta.

"Ojalá nuestra compañera Silvia Lazarte, presidenta de la Asamblea, convoque de una vez para terminar", dijo Morales ante miles de partidarios en La Paz, y agregó sobre los asambleístas opositores: "Si no quieren venir, igual".

La legalidad vigente en Bolivia hasta ahora establece que la nueva Constitución, tras ser aprobada "en grande" (primera instancia), debe ser ratificada "en detalle", artículo por artículo, y luego aprobada en una etapa "de revisión", antes de ser sometida al pueblo en referendo.

Además, la misma legalidad requiere que las decisiones constitucionales se aprueben por dos tercios. Morales aseguró que no es una Constitución solo de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), sino de "diez agrupaciones políticas" que, según él, la votaron el sábado en Sucre, en alusión a grupos minoritarios aliados.

En las elecciones de 2006 para conformar la Asamblea, el MAS tuvo el 50,7 por ciento de los votos, pero Morales y sus fieles reiteran que esa mayoría les autoriza a imponer su proyecto al resto del país, al que reducen a unas pocas "familias oligárquicas" y a "reductos neoliberales".

La propuesta oficialista de nueva Carta Magna fue aprobada en un cuartel militar, a mano alzada, sin comprobar el voto y violando varias normas de la Asamblea, según ha revelado la prensa boliviana y denuncia la oposición. Votaron en favor 136 constituyentes, de 138 presentes y 255 elegidos en julio de 2006.

Varios oradores que precedieron a Morales en su manifestación de hoy acusaron a los medios de comunicación de las muertes en Sucre y los amenazaron con represalias. "Basta de los medios de comunicación vendidos al neoliberalismo, que no velan los intereses de las mayorías, sino sus intereses comerciales", afirmó el líder de la Central Obrera El Alto, Edgar Patana. "Por eso decimos que luego de un análisis y de un informe que bajará a las bases, El Alto se hará cargo de todos los medios de comunicación", amenazó el sindicalista. "Son los medios de comunicación los que han convulsionado a la ciudad de Sucre", agregó Fidel Surco, dirigente de la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia.

Miles de ancianos, campesinos, trabajadores, vecinos de La Paz y El Alto, y delegaciones del interior del país llenan la Plaza Murillo en una concentración humana en respaldo a la Asamblea Constituyente y el pago de la renta Dignidad.

La gran caravana humana descendió desde las primeras horas de la mañana desde la vecina ciudad de El Alto, compuesta por miles de campesinos que durante una semana caminaron desde la población de Caracollo, a la que se sumaron miles de vecinos de ambas ciudades.

El presidente Evo Morales encabezó el último tramo de una concentración de quienes siempre estuvieron marginados de las decisiones del Estado y que ven en el proceso constituyente, la única puerta para transformar el Estado.

Ataviados con sus trajes tradiciones, el gran porcentaje de la concentración está conformada por trabajadores rurales del altiplano, valles y también del oriente boliviano como los colonizadores de la región de Rurrenabaque.

La multitud coreó incesantemente el apoyo al Gobierno de Morales y a la Asamblea Constituyente, demandó el pago de 2.400 bolivianos a los mayores de 60 años con recursos del IDH y del TGN, y criticó duramente a los sectores conservadores y a algunos medios de comunicación.

Santa Cruz:  Cuando terminaba el mitin de Morales, la oposición comenzaba el suyo en la ciudad oriental de Santa Cruz, la más próspera del país, con una retórica igualmente radical y sin escuchar los llamados al diálogo y la moderación que han hecho hoy la ONU, la OEA, la Unión Europea y países como España. El presidente del Comité Cívico cruceño, Branco Marinkovic, dijo que Morales "mandó matar" a las tres víctimas de Sucre, y lo acusó de manejar al país como un "sindicato" cocalero, en alusión a que el mandatario sigue siendo presidente de las asociaciones de productores de hoja de coca.

"Hoy le decimos al presidente: Una Asamblea Constituyente en un cuartel militar no la va aceptar jamás el pueblo", advirtió el dirigente opositor. Horas antes líderes cívicos y políticos regionales reunidos en Santa Cruz convocaron a una huelga "contundente" para el próximo miércoles en seis de los nueve departamentos bolivianos.

En Sucre, entre tanto, fueron enterradas las últimas víctimas de los disturbios y se registró una manifestación multitudinaria contra Morales.