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Martín Escudero y Joaquín Galdós, conmocionados 

Oreja para un heroico Espada, que mató seis novillos por los percances de sus compañeros

lunes 25 de mayo de 2015, 22:21h
La tragedia sobrevoló este lunes el coso venteño. Dos tremebundas volteretas de Martín Escudero y Joaquín Galdós, que los dejaron inconscientes sobre la arena, obligaron a su compañero Francisco José Espada a matar en solitario un encierro complicado. El coletudo, solvente y con valor, cortó una oreja y superó la prueba con nota alta aunque no abriera la Puerta Grande como era su ilusión.
  • Espada pasea la oreja que cortó al tercero

    Espada pasea la oreja que cortó al tercero
    Pepe Brías

  • El protagonista del festeo, a su llegada a Las Ventas

    El protagonista del festeo, a su llegada a Las Ventas
    Pepe Brías

No venía en los carteles que Francisco José Espada, triunfador del ciclo isidril en 2014, actuara en solitario, pero los juguetones hados del destino así lo quisieron. Y aunque se barruntó el drama por la forma en que sufrieron las tremebundas volteretas los debutantes Martín Escudero y Joaquín Galdós, por fortuna no fueron heridos a pesar de que sus novillos -peligrosos y mansos en grado superlativo-, los buscaron con saña.

Eso sí, entre el ahogo de los corazones del público, ambos entraron desmadejados en la enfermería, de la que ya no salieron por la conmoción cerebral que sufrían y que obligó a trasladarlos a otro centro médico para realizarles más pruebas. De modo que su compañero afrontó un reto muy complicado y difícil, del que quizás pocos novilleros -incluso matadores- hubieran salido con nota.

El fuenlabreño aportó valor, solvencia, oficio, responsabilidad en cantidades industriales y toreo cuando sus enemigos desarrollaron menor agresividad y más nobleza. Lo que aconteció en la segunda parte del festejo. Porque los tres primeros, con trapío de toros y de bella lámina, fueron unos descastados mansazos peligrosos que tiraban furibundos hachazos al bulto y se desentendieron de capotes, muletas y caballos. 

De ahí que Martín Escudero, que también mostró aplomo, relajo y un concepto de pureza sobre la base del valor seco, fuera prendido al inicio de la faena con la pañosa, encargándose Espada de despenar al bicho. De ahí que Joaquin Galdós, que gustó mucho en un quite por chicuelinas de manos bajas rematado con una media belmontina en su turno al novillo de Espada, sufriera una impresionante colada ya en el suyo, al que también mató éste tras jugarse la femoral en vanos intentos de lucimiento.

Bronca al presidente por denegar una oreja

Y ya al protagonista de la tade, que igualmente había impresionado por su quietud y firmeza frente al segundo, metiéndose finalmente entre sus astas, le quedaban tres más en chiqueros. El cuarto, otro manso de libro que saltó al callejón casi de salida, se vio sometido por un toreo por bajo, sobre los pies, con sabios doblones de su matador. El animal se entregó más y Espada le extrajo alguna serie corta sobre todo al natural con el público, lógicamente, a su favor, que pidió la una oreja excesiva -tras un pinchazo y una fea estocada- pero que el usía concedió.

Se vislumbraba la Puerta Grande, porque el siguiente burel, también manejable, pedía un alto concepto artístico, que el coletudo posee, pero no fue capaz de alborear al nivel exigido, por lo que se pegó otro arrimón y tras una estocada rinconera de nuevo afloraron los pañuelos, pero esta vez el presidente se hizo el longuis y gran parte del público se acordó de su familia (de la del jefe del palco).

Quedaba la última oportunidad con el que cerró tan accidentado festejo, otro bicho noblote, aunque flojo, con el que Espada subió su diapasón artístico... lo poco que le duro el novillo, que se rajó pronto. Y para colmo, el coletudo volvió a fallar con as armas toricidas. Estadística aparte, su tarde se acercó al heroísmo y él demostró estar más que preparado para su próxima alternativa e incluso para alcanzar su sueño de ser figura. Mimbres no le faltan.

Ficha del festejo

Novillos de EL MONTECILLO, excelentemente presentados, mansos y descastados: 1º y 3º con mucho peligro, 4º complicado y 5º manejable. Dos de DOLORES RUFINO: 2º muy manso y peligroso, y 6º manejable y flojo.MARTÍN ESCUDERO: cogido al muletear al 1º. FRANCISCO JOSÉ ESPADA: saludos; aplausos; oreja, vuelta y ovación tras aviso. JOAQUIN GALDÓS: cogido al capotear al segundo. Plaza de Las Ventas, 25 de mayo. Casi tres cuartos de entrada. Incidencias: Martín Escudero y Galdós fueron atendidos en a enfermería de sendos traumatismos craneoencefálicos con pérdida de consciencia, de pronóstico reservado.  
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