El gobierno griego sigue comprando tiempo para tratar de alcanzar un acuerdo con los acreedores. Ayer el Banco Central griego pidió al FMI agrupar los cuatro pagos que tiene que realizar en el mes de junio en uno a realizar el 30 de junio. Esta opción se ampara bajo una decisión del FMI de finales de la década de 1970 por la cual los países miembros pueden solicitar que se unifiquen pagos de capital que concurren en el mismo mes en uno solo para evitar las dificultades administrativas de realizar múltiples cancelaciones en un corto periodo de tiempo. Grecia, que hoy tenía que hacer frente a un pago por 300 mil millones de euros, evita el desembolso y no incurre de manera formal en una suspensión de pagos, a la vez que logra más tiempo para seguir negociando. El Presidente del Eurogrupo señalaba ayer que a pesar de los avances, las diferencias entre ambas partes eran “bastante grandes” y advertía que si Grecia excluía demasiadas áreas en las reformas exigidas, el acuerdo sería imposible. El ministro de Finanzas alemán se volvió a mostrar contrario a cualquier ajuste en la deuda y la Canciller alemana decía que las conversaciones están lejos de concluir. Por la parte griega, el primer Ministro y los miembros del partido Syriza señalaban ayer en el Parlamento que la propuesta presentada por los acreedores no podía ser aceptada. Ahora ambas partes presentarán nuevas contrapropuestas, pero el tiempo sigue corriendo en contra de Grecia.
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