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Éxito de un Sonorama muy flamenco y con homenaje al gran Enrique Morente

Éxito de un Sonorama muy flamenco y con homenaje al gran Enrique Morente

viernes 14 de agosto de 2015, 10:51h
Un Sonorama más flamenco que nunca, con emocionado homenaje al tristemente desaprecido Enrique Morente, y que al festival le ha salido bien una vez más el mostrarse osado en la composición de su cartel, saltándose lugares comunes en los que tan a menudo cae el festival "indie" medio, y su homenaje al mítico cantaor andaluz ha congregado a la gran mayoría de las 15.000 personas que, según la organización, han asistido a la puesta de largo de su XVIII edición. Qué oportuna habría resultado ahora aquella "qué quieres qui te traiga que voy a Burgos" que Estrella Morente cantó en uno de sus discos, al trazar un puente musical entre su Granada natal y esta población meseteña de Aranda de Duero que, pese a la distancia, se ha dejado seducir por su rotunda presencia vocal y escénica.
"Granada, no tengas miedo de que el mundo sea tan grande", reza la "Habanera imposible" que Estrella Morente cantó en la capilla ardiente de su padre antes de derrumbarse por la emoción y que esta noche, al sonar un lustro después, ya asimilada la desgracia, ha tornado lágrimas en sonrisas. Junto a sus hermanos Soleá y José y a los otros grandes valedores del legado de Enrique Morente, Los Evangelistas (parte de ellos grabaron con él el revolucionario "Omega"), ha tejido "una noche de flamenco y rock" en loor del legado aún vivo de su padre, artista ambicioso y valiente, que, como este festival, supo aproximar mundos aparentemente lejanos.

"A mi padre le hubiese encantado venir al Sonorama", afirmó Soleá cuando vino a actuar a este foro por primera vez en 2013 y se reveló que los organizadores habían realizado varios intentos serios por traer al maestro a actuar. Esa espinita clavada se la han sacado todos con "Morente vive!", hora y media de espectáculo cuyo primer tramo ha hecho suyo la mayor del clan a través de piezas jubilosas como "En lo alto del cerro de Palomares" o la citada "Habanera imposible", amén de algún guiño a Antonio Flores plenamente consciente en su mensaje ("no dudaría en volver a reír").

Rotunda presencia vocal

Inevitable es, por otra parte, que entre esa extensísima masa que se agolpaba ante el escenario, tan deshabituada en general al flamenco, hubiese maleducados incapaces de respetar con su silencio la rotunda presencia vocal y escénica de la artista. Soleá ha tomado las riendas en la segunda parte del "show" al frente de Los Evangelistas y ha destacado especialmente con un "Dormidos" que retumba apoteósico y apocalíptico, antes de que todos los implicados, una docena de músicos en total, encaren el final de fiesta con "Estrella" y "Ciudad sin sueño", del imprescindible "Omega".

Muy complicado lo tenían frente a tamaña competencia los chicos de Tu Otra Bonita, que han sabido satisfacer a la minoría renegada del flamenco y ponerla a bailar con su vibrante energía mestiza de rock, rumba y pop pícaro e "indie", un subidón que se inyecta en vena con temas como "Se quemó". Ha sido en el escenario pequeño, que no el menos interesante, el mismo en el que poco antes actuaba Tulsa, con la hechizante Miren Iza al frente y un último disco, "La calma chicha", que le ha robado oyentes a Marlango gracias a un poderoso directo, desolador y dulce a la vez, arropado por el teclado extra de Martí Perarnau (de Mucho).

Y eso que la tarde ha empezado guitarrera, con dos bandas en franca ascensión como son Toundra y unos Sexy Zebras que, tras dar la campanada el año pasado en los conciertos de día, se han plantado por fin en uno de los escenarios grandes y en estado de gracia compositiva con su "Búfalo blanco". Aunque para "hits", nada como el "Chup chup" de los asturianos Australian Blonde, que más de 20 años después mantiene intacta su capacidad para mantener en vilo a la concurrencia hasta los minutos finales del concierto, tras una buena dosis de melodías pop con aquellas guitarras vertiginosas que marcaron a una generación.

La jornada se completó con Los Toreros Muertos de Pablo Carbonell, otra apuesta arriesgada de Sonorama, Lichis, Dorian, La Habitación Roja y, pasadas las tres de la mañana, el dúo británico de electrónica Monarchy.
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