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Francisco Pérez Medina
Comandante Líneas Aéreas
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Francisco Pérez Medina Comandante Líneas Aéreas

SEGUIR VOLANDO

jueves 03 de diciembre de 2015, 13:28h
Un viejo amigo y gran piloto me enseñó hace bastante tiempo una lección de vida a través de una metáfora aeronáutica. Frente a un acontecimiento dramático en mi vida él me preguntaba por mi reacción ante una parada de motor en un despegue crítico con un avión de solo dos motores.

Me ponía en un escenario complicado en el que mi pobre avión iba cargado y al límite de sus fuerzas en un aeropuerto rodeado de montañas y volcanes. Justo en el despegue un motor explotaba y ardía en llamas. Justo en el momento de la rotación para irnos al aire.
¿Qué hacer ? ¿ Cómo enfrentarme ante esa situación?
En mi afán profesional, yo me entregaba a buscar una priorización entre las variables y las opciones de solventar el fuego, y el posible aterrizaje, todo con mucha prisa y atropello.
Pero con todo el cariño que un buen profesor siempre ofrece, me enseñó que lo realmente importante en ese momento, es algo que damos por hecho, que obviamos por su sencillez y simpleza: ¡hay que seguir volando el avión!.
¿ Se ha parado un motor ? ¿ Y qué? Hay que seguir volando el avión, y todo lo demás : navegar, comunicar, combatir la emergencia...todo eso , puede esperar.

Hoy he recordado esa lección ya que después de unas semanas de vacaciones alejado del mundo aeronáutico, regreso a la butaca de la izquierda. Y en mi primer día y en mi primer vuelo me enfrento a una situación muy clásica de simulador en la que no hay solución posible más que la mayor.

Embarcamos, cerramos puertas y antes de la puesta en marcha, el avión nos da una avería. Actuamos con celeridad y calma y la solucionamos antes de empezar a movernos. Recuperamos el estado perfecto de los sistemas del avión.

Ponemos en marcha y aparece otra avería. En esta ocasión no hay arreglo, no conseguimos arreglarlo. Regresamos al parking y viene un técnico de mantenimiento para solucionarlo y lo hace. Vuelta a poner en marcha y aparece de nuevo la misma avería. Esta vez ya no hay vuelta atrás y con ese avión no me voy al destino donde había una densa niebla y necesitábamos un avión ok para ese tipo de aterrizajes casi a ciegas.

Nos ofrecen arreglarlo o un cambio de avión. Ya que tanto el cambio de avión como el arreglo suponen más de una hora de retraso y nuestro destino ese día cerraba por obras de 00 a 06, me inclino por que creo que es mejor opción para mis 174 pasajeros. Al fin y al cabo la decisión última es la del Comandante. Con lo cual nos ponemos en marcha con toda la ayuda de los compañeros de tierra para cambiar de avión y en menos de lo previsto estábamos rodando en uno nuevo.

Llegamos a destino recortando casi 15 minutos al tiempo de vuelo, una niebla realmente densa y una visibilidad que no llegaba a los 200 metros. Aterrizaje automático y rodaje lento al parking.

En la cena, la tripulación y yo hemos recapitulado y comentado todo lo ocurrido. ¿Y todo esto qué tiene que ver con aquella lección? Pues que en la vida, cuando las cosas se tuercen hay que dar soluciones y llevarlas a cabo sin perder tiempo, hay que seguir viviendo y cuando se pueda, pararse a pensar para sacar conclusiones para evitar repeticiones de esas malas situaciones.

Hoy se nos torció el camino pero con decisión y ejercicio de la responsabilidad hemos conseguido reconducirlo hacia el destino que nos habíamos propuesto. Hoy ha sido un día casi normal en mi trabajo.


Les saluda su Comandante deseándoles un buen descanso.

Francisco Juan López Medina

Comandante Líneas Aéreas

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