Después de que la semana pasada fuese el BCE el que tuvo que tomar nuevas decisiones sobre la política monetaria a aplicar en la zona euro, esta semana le toca a la Reserva Federal. No es previsible que suba los tipos, pero es probable que sus comentarios apunten que mientras la inflación y el mercado laboral continúen mejorando, la debilidad económica internacional no impedirá que el precio del dinero suba pronto. De hacerlo, supondría un importante cambio desde la última reunión, cuando la incertidumbre sobre el impacto de un menor crecimiento en China y Europa llevó a los miembros del comité a señalar que no harían modificaciones hasta poder determinar de manera más precisa el panorama económico. Para este posible cambio en su comunicado, la Fed encontró ayer apoyo en una medición de la inflación estadounidense que mostró un repunte el mes pasado desde mínimos récord, sumándose así a otros indicadores de precios que podrían ayudar a allanar el camino para subidas de los tipos de interés en los próximos meses. El sondeo de la Fed de Nueva York de los consumidores mostró ayer que las expectativas de inflación a un año subieron al 2,71% en febrero desde el 2,42% en enero, que fue el nivel más bajo desde que comenzó el registro a mediados del 2013. La media de las expectativas a tres años subió a 2,62% el mes pasado desde un 2,45% previo. El sondeo también mostró que el crecimiento esperado en los salarios a un año también repuntó a un 2,5% en febrero tras caer en los dos meses anteriores.
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