Brasil no remonta la recesión

Si China no ha dejado de ser motivo de preocupación, la recesión en la mayor economía de Latinoamérica, Brasil, también es motivo de inquietud en los mercados por el efecto directo que tiene sobre el resto de las economías de la región. Su PIB se contrajo un 3,8% en 2015, la mayor caída que ha sufrido en 25 años. Se prevé que el PIB brasileño retrocederá otro 3,5% en 2016, lo que marcaría la primera vez que el país pasa dos años consecutivos de recesión desde 1930-31, cuando el mundo sentía los efectos de la Gran Depresión. Recientemente el ministro brasileño de Comunicación aseguró que "la economía va a recuperarse". Por el momento, los indicadores no apuntan en este sentido. Ayer, el Índice de Gerentes de Compra (PMI) en marzo retrocedió a 38,6 desde 36,9 en febrero, siendo el peor nivel en los nueve años desde que comenzó a elaborarse el índice. Las cifras sobre pérdidas de empleos y caídas en la creación de nuevas empresas también fueron las segundas más débiles desde que empezaron a registrarse datos. De hecho, la recesión cada vez más profunda y un aumento en los costes operativos y financieros -el tipo interés de referencia en el 14,25%, se encuentra entre los más altos de las principales economías del mundo- han llevado a sucesivas cifras record en las peticiones de protección por bancarrota. Ayer se conocía el aumento más del doble de las solicitudes de bancarrota en el primer trimestre frente al mismo período del año anterior. Las empresas presentaron 409 solicitudes de protección judicial frente a acreedores en el último trimestre, el número más alto desde que entró en vigor la ley de bancarrota en 2005. En el primer trimestre de 2015, fueron 191 empresas las que lo solicitaron. Las cifras muestran que Brasil está lejos de salir de la recesión y que en 2016 puede volver repetir como uno de los países con peor desempeño económico a nivel regional, después de Venezuela, y del club BRICS de naciones emergentes, que incluye además a Rusia, India, China y Sudáfrica.