Las previsiones de crecimiento de la economía mundial pasan por la expectativa de crecimiento de China y su ralentización ha sido uno de los factores que ha llevado a los organismos internacionales a moderar de forma generalizada las expectativas de crecimiento global. Los principales bancos centrales también se han referido y condicionado su política monetaria a la mayor incertidumbre y a un aumento de los riesgos derivados del menor crecimiento. En este entorno los datos y las previsiones económicas de China cobran, si cabe, un mayor protagonismo. Ayer el Centro de Información Estatal, que está afiliado a la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, encargada de la planificación económica del país, señalaba que probablemente la economía crecerá en el segundo trimestre a igual ritmo que el registrado en el primer trimestre de 2016, un 6,7%. Además estima que las exportaciones caerán un 8% entre los meses de abril y junio, y que las importaciones bajarán un 10%, lo que supondría una leve mejora con respecto a los datos de abril publicados esta semana en el que las exportaciones han caído en tasa interanual un 9,3% y las importaciones cayeron un 10,9%. Ayer también se publicó el dato de IPC de abril en China que se ha mantenido sin cambios en el 2,3% interanual por tercer mes consecutivo. Los precios de producción han seguido descendiendo aunque a ritmo menor, un -3,5% frente al -4,3% del mes anterior. En general, los datos de China siguen siendo débiles aunque algunos muestran una recuperación en las caídas, y con ello aumenta la expectativa de una leve mejora en las expectativas de crecimiento global.