El próximo 5 de agosto comienzan los Juegos Olímpicos en Rio de Janeiro. La ciudad espera la llegada de 600.000 visitantes extranjeros y para ello, Brasil está subiendo la guardia y aumentando la seguridad. Lo que no aumenta ni mejora es su economía. Por quinto trimestre consecutivo la economía de Brasil se contrajo. El PIB cayó un 0,3% en el primer trimestre respecto al trimestre anterior. El dato fue mejor que el 0,8% que esperaba el mercado y que la contracción del 1,3% que se registró en el cuarto trimestre del pasado año. En términos interanuales, la caída del PIB fue del 5,4%. Pese a superar las previsiones, la cifra no genera expectativas de un pronto repunte económico. De hecho, la “sorpresa positiva” se ha debido fundamentalmente a un gasto público insostenible, con un crecimiento del 1,1% en el trimestre, el mayor aumento desde 2013, y con un déficit fiscal que supera el 10% del PIB. En un comunicado emitido tras la publicación de los datos, el Ministerio de Hacienda brasileño afirmó que la economía del país atraviesa la peor recesión de su historia, pero que empezará a recuperarse en los próximos trimestres gracias a las medidas que anunció recientemente el presidente interino. "Ya no hay más espacio en Brasil para un Estado abotargado e ineficiente", dijo el presidente, quien agregó que es necesario hacer sacrificios para equilibrar las cuentas públicas y restaurar el crecimiento económico.