El Museo de la Ciudad organiza tres exposiciones en Navidad

La Asociación 2 de mayo de Miniaturas Militares de Madrid dedica su XXVI Exposición de Navidad de Miniaturas a conmemorar el bicentenario del 2 de mayo de 1808 y la Guerra de la Independencia como inicio de una serie de actos organizados por el Ayuntamiento de Madrid, durante el año 2008 en homenaje y recuerdo a los héroes populares que se levantaron contra las tropas de Napoleón Bonaparte.

Entre las piezas expuestas en su mayor parte dedicadas a la guerra contra los franceses, se puede contemplar la defensa del Parque de Monteleón por los capitanes Daoiz y Velarde, la lucha de los paisanos en el Paseo del Prado, la batalla de Talavera y la bandera del regimiento de Voluntarios de Madrid.

La batalla de Talavera cuenta con unas 3.000 figuritas que recrean los distintos regimientos que participaron en ella, tanto españoles como franceses. En la reproducción de la defensa del Parque de Monteleón se ha recreado una alegoría de personajes reales como Daoiz y Velarde, el teniente Ruiz y Clara del Rey. También hay una nutrida representación de tropas francesas, entre ellas todos los mariscales y generales franceses que tomaron parte en la guerra de la Independencia.

La cantidad de soldaditos es notable, superando las 4.000 piezas, en las que destaca el rigor histórico en el planteamiento de las escenas y en la reproducción de los uniformes que ha llevado un largo proceso de investigación. Las figuras expuestas abarcan todo el arco del miniaturismo de soldados de plomo. Pueden encontrarse figuras planas, la forma mas antigua de hacerlas proviene del siglo XVIII, semibulto, fabricadas entre 1890 y 1920, corpóreas y en tres dimensiones. Los tamaños oscilan entre los 25 y lo 45 milímetros en las piezas hechas entre 1920 y 195o. Los soldaditos de factura moderna pueden llegar a alcanzar los 54 milímetros. 

Belén de la región de Murcia
Se expondrá un Belén del artesano belenista Juan Manuel Griñán, formado por mñas de 200 figuras de gran tamaño que ocuparán toda la planta baja del Museo. El Belén está compuesto de 240 figuras de 21 centímetros, muchas de ellas con movimiento, que representarán en 18 misterios los episodios del nacimiento de Jesucristo.

Este año el belén estará complementado con un taller infantil, donde el maestro artesano de la región de Murcia, Juan Manuel Griñan, enseñará a los más pequeños como se elabora un nacimiento en barro, todos los martes y jueves de 11:00 a 12:00, de 12:00 a 13:00, de 16:00 a 17:00 y de 17:00 a 18:00 horas.

La tradición artesana de belenes murcianos se inicia en el siglo XVII por el escultor murciano Francisco Salzillo, representante muy destacado de la imaginería murciana. Es en el siglo XVIII cuando el rey Carlos III, al abandonar el trono de Nápoles para convertirse en rey de España, introduce en la corte madrileña la devoción por este conjunto religioso.

Esta tradición belenística se ha mantenido viva hasta nuestros días, los artesanos de Murcia han contribuido con su trabajo y especial cuidado, en perpetuarla, utilizando técnicas ancestrales de manipulación del barro para crear bellísimas figuras de gran realismo, modeladas con esmero y decoradas con telas.

Una Ciudad para Muñecas
La exposición Una ciudad para muñecas, muestra casas de muñecas, escenas y muñecas de porcelana. Las setenta piezas que se exhiben son un fiel reflejo de la vida cotidiana a escala 1/12. Hay verdaderas obras de arte, como la fachada principal de la Catedral de la Almudena, un palacio cordobés, joyerías de lujo y las típìcas casas victorianas que recrean el lujo y la exquisitez de la época.

El origen de las casas de muñecas es difícil de precisar, pero se cree que comienzan con los llamados conjuntos de habitación que consistían en una base con tres lados a modo de paredes que se pintaban y decoraban simulando escenas cotidianas. Con el paso del tiempo a estas se les añade el techo y cuando empiezan a tener varias habitaciones pasan a ser conocidas como casas de muñecas.

En el siglo XVII aparecen las famosas cocinas de Nürnberg con certificado de autenticidad, ya que los artesanos reproducían las piezas de su taller a pequeña escala. El ebanista hacía un mueble y era el pintor el que se encargaba de su decoración y el orfebre realizaba la vajilla. En el siglo XIX se empiezan a comercializar piezas más sencillas, dirigidas a los niños que no podían jugar con las obras de arte de sus padres y aparece el término 'puppenshaus'. En Inglaterra se llamaran dolls house y en España casas de muñecas.