El Senado reprueba a la ministra de Fomento bajo gritos de “dimisión”·

        “Dimisión, dimisión, dimisión”, era el clamor con el que las bancadas populares del Senado saludaban el recuento de la votación de la moción del PP reprobando a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Los gritos se iniciaron nada más cantar el resultado el presidente de la Cámara Alta, el socialista Javier Rojo, con voz tenue y cara de pocos amigos: 120 votos a favor de la reprobación de la ministra (los del PP, salvo dos senadores, que estaban enfermos), 116 en contra (los socialistas, contando con el PSC, integrado en la Entesa) y 14 abstenciones (de los presentes del resto de los grupos). Por primera vez en la historia de España, el Senado reprueba a un ministro del Gobierno.

         De nada sirvió la ‘sorpresa’ con la que la Cámara Alta se desayunó en la mañana de este martes, cuando los senadores de CiU registraban una enmienda de sustitución a la del PP para la reprobación de Magdalena Álvarez. CiU pedía también la destitución de la ministra, sí, pero a cambio de que el PP retirara su recurso de inconstitucionalidad del Estatut de Cataluña. Eran los pasteleos de la política, pero, pese a todo, la ministra fue reprobada.

         Magdalena Álvarez salió indemne hace unas semanas de una reprobación similar planteada en el Congreso de los Diputados, pero esa vez por una moción de Izquierda Unida. Allí se salvó por su propio voto y el de dos trásfugas -Calomarde, exPP, y Román, exCoalición Canaria-. La reprobación de este miércoles fue planteada por el PP, ya que es el grupo con más senadores en la Cámara, pero no ha sido apoyado por ningún otro grupo político, pese a los esfuerzos de su portavoz en este caso, el catalán Daniel Sirera.

         Sabiendo que sus posiciones podrían no ser bien interpretadas en Cataluña, los senadores de CiU, con Pere Macias a la cabeza, registraban por la mañana en la Cámara Alta una ‘enmienda de sustitución’ a la planteada por el PP para la recusación de Maleni Álvarez; pero era una enmienda que no tenía desperdicio y que, por lo tanto, no podía ser aceptada por el PP. De hecho, Daniel Sirera cargó frontalmente contra el grupo catalán, acusándole de incumplir su palabra de mantener el mismo sentido en su voto en el Congreso y en el Senado.

         Es cierto que en su último punto la enmienda de los senadores de CiU pedía la sustitución de la ministra, pero la enmienda en su conjunto había sido planteada con trampa. En su punto C, señalaban los de CiU: “El Senado insta al Gobierno de España a que exija responsabilidades técnicas y políticas tanto a los responsables del Ministerio de Fomento como a las operadoras ADIF y RENFE y a las empresas contratistas de obras, empezando por la destitución de la ministra de Fomento, como principal responsable política”.

         Pareciera que, efectivamente, CiU pedía también la destitución de Maleni Álvarez. Pero no. Era la peculiar forma de salvarse la propia cara mientras salva la del Gobierno, porque en su punto “B” la enmienda de CiU exigía lo siguiente: “El Senado reafirma la justicia y oportunidad de la aplicación de la Disposición Adicional Tercera del Estatuto de Autonomía de Cataluña, relativa a la inversión del Estado en infraestructuras en Cataluña, y solicita al PP la retirada de los recursos de inconstitucionalidad presentados contra dicha ley”.

         Es decir, era lo que se dice un auténtico chantaje político: algo así como que si querían los del PP que les votasen a favor de la recusación de Álvarez, tenían que retirar el recurso de inconstitucionalidad del Estatut. Ahora bien, la pregunta es evidente:; si están tan seguros en CiU de que el Estatut es constitucional, ¿por qué tanto miedo a que lo revise el órgano competente, el cual no es otro que el Tribunal Constitucional? Misterios de la política que no ha podido resolver el senador Sirera, quien ha llevado la recusación de los populares contra la ministra de Fomento.

         Después de una agria discusión parlamentaria en la que el PP se ha quedado prácticamente solo, los grupos presentes en el Senado han seguido las indicaciones de sus líderes, lo que ha propiciado que la reprobación saliera adelante. El catalán Josep Antoni Durán i Lleida ya había declarado que su grupo en el Senado se abstendría pese a todo, con lo que Maleni no contó finalmente con los votos de CiU. También habían anunciado su abstención los senadores de Coalición Canaria, de Esquerra y de IU.

         Así las cosas, el PP contó con 120 votos (tiene 122 senadores, pero uno sigue enfermo con un ictus leve –infarto cerebral- y otro, Pedro Agramunt, fue trasladado este propio martes al hospital tras sufrir un amago de infarto), que, con las abstenciones de los demás grupos, venció a los 116 que pudieron reunir el PSOE y el PSC. La ministra, pues, ha sido finalmente reprobada.