El president de la Generalitat, Quim Torra, y el vicepresidente Pere Aragonès (ERC), se reunieron esta mañana para tratar la crisis abierta en el Govern catalán por las discrepancias entre JxCat y ERC sobre cómo aplicar la orden de suspensión contra Carles Puigdemont y los diputados acusados de rebelión. Tras la cita, Quim Torra compareció ante los medios junto a Aragonès y admitió que aunque dan por salvada esta pequeña crisis, tendrán una posible fecha de caducidad: la sentencia del Tribunal Supremo contra el procés soberanista, que decidirá la suerte de los presos catalanes. También puso Torra fecha de caducidad al acuerdo con el PSOE para mantener a Pedro Sánchez al frente del Ejecutivo central.
Torra consideró que "el Govern es fuerte, está unido y seguirá así para cumplir el mandato del 1-O y de la fuerza de la Diada: avanzar hacia la libertad y hacer real la República Catalana. Una República compartida, de todos y para todos. De manera cívica, pacífica y democrática, como siempre hemos hecho". Tambén dio su versión sobre los roces con ERC: "No podemos desvincular estas situaciones excepcionales del momento complejo y grave que vive el país. La persecución política es más fuerte que nunca desde el franquismo y pronto hará un año que los primeros presos políticos fueron privados de libertad".
También justificó los problemas de coordinación acusando a Madrid de ello: "Cada paso que da este Govern es observada con lupa y siendo en la nuca la amenaza constante de un Estado que, a pesar del cambio de gobierno, no quita el pie del pedal de la represión". Además, considera que aunque se acabó el artículo 155, la intervención del Estado continúa: "Recuperar las instituciones no significa recuperar la democracia. La intervención judicial y financiera continúa".
Sobre las aportaciones del Govern en esta legislatura, relató: "Hemos puesto en marcha algunas de las vías de acción republicana: la Oficina de los Derechos Civiles y Políticos, la recuperación de las leyes sociales suspendidas, la marcha cívica por los derechos sociales y nacionales y nos personamos en todas las causas de persecución política". Y anunció: "El Foro de Debate Constituyente se presentará los próximos días. Hemos puesto fecha de caducidad a la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez si no presenta una propuesta para Cataluña, sin renunciar nunca al diálogo para resolver políticamente el conflicto".
Por su parte, Pere Aragonès reconoció que los mecanismos de coordinación de la alianza de las dos formaciones "son mejorables" aunque considera que las "dificultades" vienen de la excepcionalidad de tener presos y exiliados fuera de la política catalana. También dijo que era hora de conjurarse para reforzar el acuerdo de legislatura, salvando las "legítimas discrepancias políticas" entre JxCAT y ERC.
El máximo representante de ERC en el Govern defendió que hay un plan para gobernar pese a las difucultades y que lucharán para que el pueblo catalán tenga un futuro "en libertad". "Nuestro pacto se tiene que hacer más fuerte y sólido para resistir mejor los embates que vendrán de los tribunales españoles", explicó.
El independentismo sella un acuerdo in extremis para mantener su mayoría parlamentaria
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