El Barça protagoniza la noche más oscura de su historia en el peor momento (8-2)

El Barça dice adiós a Europa de manera horrible, humillante y desastrosa. Un Bayern muy superior se impuso por 2-8 en el Estádio da Luz de Lisboa en un duelo que se ha roto a la media hora de partido, cuando el resultado era ya de 1-4.

La derrota, de las más dolorosas de la historia del club, sino la que más, pone punto y final a la temporada culé, la primera sin títulos desde el curso 2013/14. Tocará reflexionar tras una noche negra en Lisboa y algunos jugadores como Piqué no dudaron en apuntar a la directiva. Messi guardó silencio para no hablar en caliente.

El duelo entre los dos campeones de Europa arrancó eléctrico. Thomas Müller remataba a gol la primera llegada muniquesa en el minuto 3 de partido. Poco después, el Barça empataba mediante un gol en propia de Alaba tras una buena acción de Jordi Alba desde la banda izquierda. Era el minuto 7 y ya se habían visto dos goles.

El Bayern aprovechaba todas sus ocasiones. Superior físicamente, marcaba de forma casi consecutiva en los minutos 21, 27 y 31 mediante Perisic, Gnabry y nuevamente Müller. Nada podía hacer Ter Stegen, que incluso evitó alguno más con alguna parada milagrosa. Sufrían como nunca los futbolistas vestidos de azulgrana, sobrepasados ​​en el césped por un Bayern vertical, intenso, combinativo y letal en los metros decisivos.

Tras el descanso, más aún

El descanso sirvió al Barça para coger oxígeno. Había que afrontar el segundo tiempo omitiendo el resultado y así fue durante un buen rato de la reanudación, ya con Griezmann sobre el césped. El Barça recortaba distancias con una buena acción de Luis Suárez, previamente bien asistido por Jordi Alba. Era el 2-4 y, aunque las sensaciones no eran las mejores, parecía que todo era posible aún.

Pero el cierre fue peor. El Bayern apretó y llegó la humillación en el marcador. El que faltaba por marcar, Lewandowski, lo hizo de cabeza, y luego llegaron 2 goles de Coutinho, cedido por el Barça, aunque no quiso celebrarlos sobre el césped. Sí lo hizo, con poco entusiasmo, en la grada cuando era suplente en la primera mitad.

Rodarán cabezas. La primera, sin duda, la de Quique Setién.