La carrera contrarreloj del fútbol árabe por colarse en la élite del fútbol mundial ha fracasado. Este jueves se ha sabido que el país del petróleo se retiraba de la carrera por organizar la Copa del Mundo 2030.
Con ello, quien gana posibilidades reales para ser sede del Mundial 2030 es España, que comparte candidatura con Portugal, Ucrania y Marruecos.
Arabia Saudí ha decidido retirarse después de intentar tener como socios a Egipto y Grecia.
Ahora España y Portugal tendrán como principal competidor a la candidatura sudamericana, comandada por Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay.
En contra de los intereses de estos países está que el próximo Mundial, el de 2026, ya tendrá lugar en el continente vecino, América del Norte, organizado por Estados Unidos, México y Canadá.
Sería raro que la FIFA deje 2 mundiales consecutivos en la misma zona geográfica, por lo que se daba por hecho que en 2030 el campeonato se iría a otra parte del mundo, y ahí entraba en serio la competencia de Arabia Saudí, país que intentó repetir la jugada de Qatar, abrumando con su riqueza y capacidad financiera.
Además, dio un paso previo que fue reforzar a sus clubes profesionales, privatizándolos y atrayendo talento europeo, como ha sido con los recientes fichajes de Cristiano Ronaldo, Benzema o Kanté, entre otros.
Las razones de su adiós
Según varios medios deportivos, la razón por la cual Arabia Saudí decidió retirarse de la carrera fue precisamente constatar que la candidatura de España, Portugal y Marruecos era demasiado fuerte como para hacerla frente en estos momentos.
Ayer mismo su ministro de Exteriores se ponía en contacto con sus socios, Grecia y Egipto, para comunicarles su decisión. Se dieron cuenta de que nuestra aspiración tenía ya mucho trabajo avanzado y que la FIFA difícilmente iba a declinarse por el país árabe. En concreto, fue determinante la "estrategia diplomática" de la RFEF y sus socios lusos y marroquíes, que habían hecho avances inalcanzables para los intereses saudíes.
Además, aunque nadie lo reconocía abiertamente, era complicado ver 2 mundiales casi seguidos en la Península Arábica, con sólo 8 años de diferencia, con las reticencias que además había despertado la sede qatarí por las temperaturas y la falta de apoyos de la sociedad de ese país.
La FIFA hará pública su decisión final en septiembre de 2024, dentro de un año.
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