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Trópicos y desiertos en Madrid

lunes 18 de febrero de 2008, 16:29h
Además de los encinares, bosques de alta montaña y demás ecosistemas de la Comunidad, los madrileños también pueden conocer y disfrutar otros entornos sin salir de sus fronteras. Una opción es acudir al invernadero del Palacio de Cristal de Arganzuela, donde se exhibe una muestra de la flora de los trópicos y el desierto en lo que fue la Nave de las Patatas del Matadero Municipal a principios del siglo XX.
Entrada al invernaderoLa ubicación de este invernadero le otorga valor añadido al conjunto de más de 400 especies diferentes que puede verse en el número 10 del paseo de la Chopera, en el complejo arquitectónico del antiguo matadero, hoy reconvertido en espacio cultural. Se trata de una estructura de cristal que en su origen fue un depósito de hortalizas. De aquí viene el nombre que recibió popularmente, relata el director general de Patrimonio Verde del Ayuntamiento, Federico Sepúlveda.

Después de pasar por varios usos, en 1992 se convirtió en invernadero, cuya vegetación contrasta con el diseño del edificio inspirado en la Arquitectura del Hierro. Así, el esqueleto visible del edificio está realizado en este material, pintado de color blanco.

El edificio, dividido en cuatro estancias separadas por dos pasillos en perpendicular, dedica dos de ellas a la flora tropical, una a la subtropical y otra a la desértica. Para ello, reproduce los diferentes climas, adaptando la temperatura y la humedad a cada tipo de plantas.

Muchas de ellas sorprenderán al visitante por su rareza o por los mecanismos que utilizan para adaptarse a las condiciones ambientales a las que suelen estar expuestas. Otras no tanto porque suelen utilizarse en jardinería de interior, explica Rosa Fernández, responsable del Invernadero de Arganzuela.

Así, puede verse el tronco abultado en la base de los palos borrachos, donde guardan nutrientes y agua durante la temporada seca de los climas tropicales; plantas colgantes o especies que crecen sobre otras para poder captar la luz entre la densa vegetación de los climas lluviosos y cálidos; y las estrategias de las suculentas, que viven en los desiertos y guardan reservas de agua en sus tejidos.

Pero, además, caminando por los pasillos a varias alturas o por los puentes que recorren las pequeñas rías que surcan las estancias, se encuentran ejemplares como el bambú, la planta del café, palmeras con hojas en forma de colas de pescado o una planta conocida como ave del paraíso por la forma de su flor. Todo ello acompañado por cartelería para ayudar al visitante a identificar las plantas.

El mantenimiento de las plantas del invernadero corre a cargo de cinco jardineros que dedican su tiempo a aplicar los cuidados precisos necesita cada especie. "Mantener este jardín es pura artesanía", indica Sepúlveda.

Visitas: De martes a domingo de 9.30 a 17.30 horas.
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