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OPINIÓN/Víctor Gijón

Cosas deportivas

Cosas deportivas

lunes 19 de mayo de 2008, 12:00h
La crónica deportiva tiene sus propias reglas que en poco o nada recuerdan a otros ejercicios periodísticos. Como no soy, es evidente, de esa especialidad, no me cuesta repartir felicitaciones, desde el presidente Pernía al último suplente, pasando por Marcelino.
Todos han puesto su granito de arena para dar alegría a una afición que anoche les demostró masivamente su agradecimiento. Y, sin embargo, hubo comentaristas deportivos que un minuto antes de perder la voz y al compostura celebrando un gol que se hizo esperar sostenían si temblarles la voz que estábamos en un partido con tongo.

Ciertos medios han venido apostado desde la privatización del Racing por una situación de cuanto peor mejor. Los resultados no les han acompañado y políticos que hicieron todo lo posible para impedir que el equipo cántabro levantara cabeza se apuntan ahora al homenaje. Espero verles en primera línea en las próximas semanas cuando se plantee la necesidad de remodelar los nuevos campos de Sport de El Sardinero para adecuarlos a la normativa de la UEFA.

El Racing que anoche se acostó europeo entre la euforia de la afición empezó la tarde jugando pésimamente y sembrado dudas. Alguno hubo, incluso, que dudó en público de que la impotencia ante la puerta rival fuera real y no buscada. Al Racing, según ciertos analistas apresurados, no le interesaba ir a la UEFA. Demasiado gasto.

Pero quienes así se expresan ahora son los mismos que al inicio de la temporada mantenían el criterio de que la Junta Directiva, por ahorrarse los fichajes, había hecho un equipo cuyo horizonte estaba indefectiblemente en la segunda división.

Al final el Racing ha llegado donde ha llegado con la misma plantilla que comenzó la liga. Los nuevos fichajes, salvo excepciones muy puntuales, no han tenido papel en esta historia. Las lesiones de algunos titulares importantes obligó a tirar de canteranos que han dado un excelente resultado.Jamás a falta de cuatro partidos el equipo cántabro no sólo no estaba luchando para no descender a segunda, sin que mantenía fundadas esperanzas de poder alcanzar la Liga de Campeones.

Lograr un puesto para la UEFA no es un premio de consolación. Es un impensable hito que los cántabros vamos a recordar durante mucho tiempo. Es posible que Marcelino se vaya, que algunos buenos jugadores se vendan y que otros tengan que empezar a pensar en el retiro.

La próxima temporada volverán los sesudos analistas a ilustrarnos sobre la falta de mimbres par hacer un cesto con garantías. Y el balón comenzará a rodar en tres competiciones: la Liga, la Copa y la competición europea. Y eso ya no nos lo podrá quitar nadie, sea cual sea el resultado final.
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