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Ausencia de Montero

sábado 01 de abril de 2023, 10:40h

Sánchez ha limitado los cambios en su gobierno a los dos únicos ministerios que dejaban libres las candidatas municipales a las que él mismo ha obligado a saltar a la arena política vecinal, Carolina Darias y Reyes Maroto. Y para sustituirlas, siguiendo así la tradición personal de decir una cosa, pensar otra y poner en práctica una tercera (lo digo, obviamente, por la Ley de Paridad), ha buscado a dos hombres del partido para sustituirlas, el canario Héctor Gómez en Industria y Turismo, y el gallego José Manuel Miñones, en Sanidad.

Pero las miradas de todos los medios, incluso las de buena parte de la ciudadanía, estaban puestas en la figura de Irene Montero. Ni siquiera la crisis que ha desatado la entrada en vigor de la Ley del ‘sólo sí es sí’ hace ya casi medio año, y las terribles consecuencias que ha traído consigo –rebajas de penas y excarcelaciones a condenados por delitos sexuales–, ha sido razón suficiente para que el presidente del gobierno haya podido prescindir de sus “servicios”.

A mí, sin embargo, no me extraña absolutamente nada porque la misma permanencia del señor Sánchez en Moncloa depende de esa cuota podemita en el seno del consejo de ministros. De hecho, el único que ha salido del gobierno desde su constitución fue el de Universidades, Manuel Castells, y lo hizo por razones de salud y por voluntad propia. Y, de acuerdo con ese documento firmado por las partes, fue sustituido también por otro representante de los Comunes, Joan Subirats, el nombre que impuso su líder, Ada Colau. En otras palabras, que nadie mejor que Sánchez sabe hasta qué punto depende de esa minoría de la coalición encuadrada bajo las siglas de Unidas Podemos y mientras esta circunstancia siga siendo la misma, Irene Montero permanecerá al frente del ministerio de Igualdad, ese nuevo púlpito desde el que día sí, día también, se siguen lanzando consignas orientadas a hacer creer a la ciudadanía que hay que sustituir las Matemáticas, la Lengua y la Filosofía en los planes de educación por otra asignatura troncal de infinita mayor importancia, la Sexualidad. ¡Eso sí, sin fines reproductivos porque entonces lo único que hacemos es eternizar el patriarcado!

A menos de un año vista de la celebración de elecciones generales había que poner a dos hombres de partido y sanchistas. Bastantes frentes tiene Sánchez para intentar consolidar esa “década de gobiernos progresistas” que ha acuñado su vicepresidenta 2ª y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que es su doble apuesta personal para intentar remontar las encuestas. Hoy por hoy pretende que sea Díaz y su proyecto Sumar la que atraiga a más simpatizantes de extrema izquierda frente a Unidas Podemos por un lado, y que sobrepase en votos al mismo Vox para debilitar una posible –incluso segura–alianza de la derecha si el PP no obtiene el número suficiente de escaños para poder gobernar en solitario y sin el apoyo de Vox.

Claro que ahí está Pablo Iglesias construyendo su cadena televisiva con el apoyo de Roures, que no creo que esté por la labor de seguir manejando desde atrás la política de la coalición que se formó en torno a su figura política, la única capaz de hacer que Bildu y ERC y los Comunes quieran seguir apoyando un gobierno que siga dando el “sí, boana” a cuantas pretensiones independentistas sigan poniendo encima de la mesa. Porque quien crea que el partido vasco se va a contentar con el traslado de los presos etarras a la zona de influencia del gobierno vasco, ya con la transferencia de prisiones en su haber, se equivoca. La verdadera pretensión de Otegi es la de excarcelar a sus compañeros etarras de lucha de tantos años y hasta que no lo consiga no parará. Y si para eso tienen que seguir apoyando unos cuantos años más la aprobación sucesiva de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, se apoyan. Son sólo un medio para conseguir liberar a los presos de ETA. Por lo pronto, y ante este gobierno, ya han anulado completamente a las diversas asociaciones de víctimas del terrorismo, que ni siquiera son atendidas por el ministro Marlaska.

Pedro Sánchez tiene que seguir dando muestras de su capacidad de resistencia a la que ya nos tiene tan acostumbrados. Incluso apoyándose en las figuras de dos ministros, no ya quemados, sino carbonizados, pero que a él le vienen muy bien para que sigan siendo blanco de las iras de la derecha y de esa parte de la ciudadanía que no se siente representada por ellos. Me refiero justamente a Irene Montero y a Fernando Marlasca. Ni una ni otro son útiles hoy a un presidente empeñado exclusivamente en mantenerse en Moncloa y obviando la inmensa montaña de problemas que están lastrando el futuro de nuestro país y que no hace falta que vuelva a recordarlos porque están en la mente de todos.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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