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Los 10 errores más comunes al empezar una dieta
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Los 10 errores más comunes al empezar una dieta

lunes 18 de abril de 2022, 17:35h

Empezar una dieta los meses previos al verano es algo muy común. Cada año la idea de perder los kilos de más se repite, pero también, la frustración por conseguir el objetivo. Según datos de los últimos años, únicamente 1 de cada 4 españoles que se ponen a dieta consiguen su objetivo.

Según los expertos del método Lev, "alimentarnos es una de las actividades más importantes que realizamos en nuestro día a día y debemos concederle toda la importancia que tiene, que es mucha, y no existe una dieta ni una rutina universal que valga para todo el mundo".

¿Cuál es clave en un proceso de pérdida de peso? "La constancia. Palabra básica cuando abordamos un plan de alimentación, porque la constancia se traduce en resultados más duraderos, una mejor salud, y, muy importante, una mejor relación con la comida y con estos momentos de disfrute, porque comer tiene que ser disfrutar".

Desde LEV han elaborado un decálogo de los grandes errores en una dieta de cara al verano:

1. Saltarse comidas: El hambre es una sensación con un fuerte componente de regulación hormonal y, por tanto, oscila a lo largo del día. Por tanto, para mantener en equilibro la leptina (hormona de inhibición de apetito) y la grelina (hormona de activación del apetito) es importante dar en cada comida un buen aporte de proteínas, grasas saludables y fibra, idealmente sin grandes cantidades bien repartidas durante el día.

2. Comer en cantidades innecesarias e insuficientes: La lógica y la experiencia nos dicta que si queremos perder peso tenemos que comer menos. El problema viene en saber cuánto menos. Como todo en la vida, los excesos nunca son buenos, tanto por un extremo como por el otro, y esto se aplica también a nuestra alimentación. “Una cierta carencia calórica estimula la movilización de las reservas almacenadas en nuestro cuerpo, pero estar en un déficit calórico sin una buena estructuración alimentaria en un periodo muy largo de tiempo puede mandar el mensaje contrario al que queremos a nuestro cerebro, y es pasar del modo gasto al modo ahorro. La estrategia nutricional a seguir tiene que estar bien definida, y una vez lleguemos a nuestro objetivo de pérdida de peso, realizar una dieta inversa progresiva hasta nuestras calorías de mantenimiento, con lo que evitaremos el temido “efecto rebote”, que puede ocurrir con cualquier dieta”.

3. No pensar en hacer dieta, si no en adquirir hábitos saludables: La palabra dieta tiene un componente temporal limitado en su significado, mientras que alimentarse correctamente y adquirir unos hábitos saludables que perduren en el tiempo no. Por tanto, si nos planteamos desde el inicio que vamos a hacer dieta estaremos inconscientemente poniéndole una fecha de finalización.

4. El peso ideal es un concepto discutido, y discutible: Lo que realmente nos tiene que importar es nuestra composición corporal. ¿De que se compone tu cuerpo? El tejido muscular, digamos que al mismo peso que la grasa, ocupa muy poco espacio, y al contrario, el mismo peso en grasa, ocupa un gran espacio en tu cuerpo. Que cuando nos planteemos “perder peso”, realmente nos planteemos “perder grasa”. ¿Y esto cómo? Comiendo la suficiente proteina, evitando una drástica restricción calórica carente de nutrientes y realizando ejercicio de fuerza que proteja y fortalezca nuestro tejido muscular. Que hablen los cm de tu contorno, la ropa y no simplemente la báscula. En resumen, el peso es sólo un número para tener como referencia, pero no nos debe obsesionar y mucho menos que oscile, es lo más normal, sano y natural en las personas.

5. Preocuparse solo por lo que comemos: Son muchos los factores que influyen en la pérdida de peso. Debemos preocuparnos por 4 pilares básicos que harán que todo fluya como debe; qué estamos comiendo y cuando lo estamos comiendo; cuál es nuestro NEAT “Non-exercise activity thermogenesis” que quiere decir, ¿cuánto gastas en tus actividades cotidianas sin contar con el ejercicio físico pautado? O lo que es lo mismo, ¿Cuánto tiempo te mueves en todo el día?; nuestro nivel de hidratación diario, no nos debemos olvidar de beber agua; una buena gestión de nuestro estrés y emociones que hagan que el cortisol, hormona del estrés, se mantenga a raya. Un cóctel ideal para conseguir tus objetivos.

6. No planificar: “Un estilo de vida estresado y sin planificación no es bueno en ningún momento, pero cuando estamos a dieta nos lleva al fracaso seguro. Estipularse un menú o preparar en los ratos libres nuestro famosos batch-cooking son las claves para conseguir llevar una alimentación ordenada y equilibrada. No pillar lo primero que pillas, porque, por desgracia, vivimos en un corre, corre constante”. Así indican los expertos a cada una de las personas que inician el método Lev, planificación de snacks de entre horas, y un buen batch-cooking de guarniciones semanal.

7. Sentirse solo: Está demostrado que la motivación en un plan de adelgazamiento es algo prioritario. Por ello, tener un asesoramiento continuo, personal y adaptado a cada uno es necesario para no abandonar el objetivo. Ese control realizado por asesores expertos que controlen todo el proceso y el posterior mantenimiento, para que no se produzca el efecto rebote tan habitual en muchas dietas es fundamental. Los especialistas tienen que tener en cuenta nuestros gustos, estilo de vida, rutinas y horarios. La personalización es clave en todo proceso.

8. La restricción, el enemigo más íntimo: Chocolate, snacks, dulces, pasta… tener alimentos prohibidos en nuestro menú sólo consigue crearnos aún más necesidad de consumirlos. Por ello, tener acceso a esos productos, pero de forma saludable y con ingredientes adaptados a un plan de pérdida de peso, es un punto básico para evitar el abandono de nuestros objetivos.

9. La vida social es una gran barrera para una dieta: ¿Cuántas veces hemos dicho…“hoy me salto la dieta porque tengo plan” o por el contrario “no salgo de casa porque estoy a dieta? Es importante que un plan de alimentación pueda acompañarnos en nuestros viajes, cenas, fiestas, escapadas a la playa, turismo de ciudad, de montaña…a cualquier destino o plan". En Lev sabemos que restricción es sinónimo de frustración y abandono del cuidado, por ello existen una amplia gama de alimentos que aseguran una alimentación saludable, baja en calorías, pero a la vez y muy apetecibles y que son compatibles con cualquier plan: poder comer snacks salados como gusanitos o nachos, dulces como croissants o galletas, platos preparados listos para consumir, aguas aromatizadas, etc.. Es muy importante disfrutar del camino y empezar un aprendizaje que sea para siempre”

10. Cantidad de agua: El agua es la piedra filosofal en todo plan de alimentación saludable, pero hay que tener en cuenta que tan mala es una sobrehidratación como una deshidratación, los excesos rara vez son buenos. “Mejor beber agua en cantidades suficientes, repartidas a lo largo del día, y evitar situaciones nocivas para la salud. Por supuesto, las aguas minerales contienen la cantidad necesaria y adecuada de sales minerales para mantenernos hidratados y evitar el fenómeno de arrastre por parte de nuestros riñones al compensar las sales eliminadas con aquellas que le aportamos de nuevo a nuestro cuerpo.

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