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Talavante muletea al natural a su primer toro, del que cortó una oreja.
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Talavante muletea al natural a su primer toro, del que cortó una oreja. (Foto: Plaza1)

San Isidro: crónica de un (nuevo) petardo anunciado de los toros de El Puerto

jueves 23 de mayo de 2024, 22:39h
¡Horror, el bloc de notas (casi) vacío! ¡A ver qué cuento en la crónica para rellenar los mínimos caracteres exigidos! ¡A ver! Menos mal que algo aconteció mínimamente destacable de un festejo en el que, como era de aguardar, como ya es tradicional, el encierro de Puerto de San Lorenzo defraudó en todos los sentidos. Más que miedo, daban pena. ¡El mundo, de la tauromaquia, al revés! Con semejante bazofia amoruchada, obedientes, sin fuerza ni casta ni ‘na’ de ‘na’, era imposible la emoción y, por tanto el toreo. Algo, también bajo mínimos, practicaron Talavante en el que abrió espectáculo -me niego a llamarlo corrida- y se llevó una orejita, y Tomás Rufo, en el que lo cerró, con ligera petición de trofeo.

El extremeño, anunciado cuatro tardes a pesar de los dos desastres en sus comparecencias de 2022 y 2023 (toro al corral incluido en Otoño), quizás porque lo apodera el empresario Simón Casas -y perdonen la ironía-, remedó levemente sus mejores tiempos, cuando era figura indiscutible. Toreó fácil de salón y sin hondura al animalillo primero, sobre todo con su mano buena o mejor, la izquierda, y concluyó con una bella trincherilla y el del desprecio. La estocada quedó desprendida, lo que no fue óbice ni cortapisa para que asomaran pañuelos en número discutiblemente suficiente para echar en su esportón un trofeo de escaso valor.

Cerca anduvo Rufo en el último, al que -¡el mundo, de la tauromaquia, al revés!- persiguió casi recorriendo todo el anillo a un animal que huía hacia tablas y no buscaba pelea. El toledano, muy voluntarioso, que comenzó de hinojos en el platillo con unos estimables redondos, esturreó después una labor desigual robándole algún ortodoxo muletazo suelto .

Y, se habría acabado la crónica, pero en el anovillado inválido quinto, muy protestado, Juan Ortega, en un exceso de confianza, sufrió una voltereta que le produjo dos puntazos en la pierna izquierda. Después, el sevillano le extrajo algún muletazo suelto de cierta belleza. Más inédito quedó con el otro, un cadáver semoviente con el que abrevió. Cual Talavante en su segundo y Rufo en su primero, aunque se puso tan pesado de insistir e insistir que logró que sonaran palmas…de tango.

Estas birrias de bureles deberían sacarle los colores al ganadero, más a la empresa, y en grado superlativo a los mandamases del escalafón, como Talavante, que los exigen o los imponen. Pero la dignidad hace tiempo que desapareció de los que manejan o manipulan la Fiesta. De modo que, tranquilos, el año próximo esta fracasada divisa productora de infamias con astas volverá a repetir en Las Ventas. ¿Se juegan algo? ¡El mundo, de la tauromaquia, al revés!

FICHA

Toros de PUERTO DE SAN LORENZO, de desigual presentación, con 5º, chico. Nobles, mansos, descastados y muy flojos. ALEJANDRO TALAVANTE: oreja; silencio. JUAN ORTEGA: silencio; palmas. TOMÁS RUFO: silencio; ovación tras insuficiente petición. Plaza de Las Ventas, 23 de mayo, 12ª de Feria. Lleno de no hay billetes (22.964 espectadores, según la empresa). Enfermería: Juan Ortega fue atendido a la muete de su segundo toro de un puntazo con hematoma en el gemelo interno de la pierna izquierda y otro corrido en la región pretibial izquierda, pendiente de estudio.

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