Crítica de la obra de teatro 'Inloca': belleza sin límites

Ana Vallés, que es tanto como decir la Compañía Matarile, vuelve por sus fueros. Y lo hace en el Teatro María Guerrero con su última creación, ‘Inloca’. A la compañía gallega no la para ni el covid. Y no será por falta de incidencias dentro y fuera de la compañía porque, como en todas partes, aquí también el bichito ha hecho de las suyas desde el mismo día de su estreno, el 21 de enero pasado. Aun así, algunos privilegiados hemos podido disfrutar ya de este espectáculo total y espero que quienes aún no hayan podido acudir lo hagan antes del 6 de febrero próximo.

Digo espectáculo total porque es muy difícil definir con palabras, ni siquiera de manera aproximada, una bellísima sucesión encadenada de pensamientos, de belleza plástica -formas, color, movimiento, luz, música, sonido….-, en torno a docenas de temas: los conceptos y sus límites, el arte en general, el teatro, la vida, la pintura, el espacio, la luz, la ciencia, el tiempo, la filosofía, Dios, el diablo, la fragilidad humana, el caos, el descubrimiento de uno mismo y de cuanto le rodea, Europa, la muerte o el final de una civilización. Y seguro que me dejo asuntos amasados en el cerebro y en el corazón de Ana Vallés a los que un elenco sensacional pone cuerpo, voz y movimiento. Geniales, extraordinarios Vicente Colomar, Ana Cotoré, Antón Coucheiro, Claudia Faci, Celeste González, Alfredo Pérez, Alfredo Rodríguez, Ricardo Santana y Nuria Sotelo.

Sería injusto no señalar a todo el equipo artístico y técnico del espectáculo como cimiento de todo lo conseguido. Comenzando por Baltasar Patiño, artífice del deslumbrante espacio, del vídeo y de la producción de sonido de un exquisito abanico de piezas musicales. Patiño, junto a Miguel Muñoz, son los excelsos pintores de la luz del espectáculo, más que sus diseñadores -que también lo son-, y junto a La Canalla y Matarile, diseñadores del primoroso vestuario, y los mismos intérpretes y Ana Vallés, que han dibujado en el aire y en la tierra la angelical coreografía de la propuesta.

Es la primera vez que me sucede. La conciencia plena de que cuanto diga en estas líneas no va a hacer justicia, ni de lejos, a cuanto el espectador va a encontrarse sobre el escenario del María Guerrero, a la belleza plástica, literaria y musical que va a inundar todo su ser durante más de dos horas de espectáculo. Quién ya haya asistido y disfrutado con alguno de los numerosos espectáculos de la compañía gallega en sus más de 35 años de trayectoria, verá la quintaesencia de lo ya vivido y verá que no hay límites para la creación en Ana Vallés. Y para quién aún no conozca a Matarile, esta es la mejor vía para dejarse sorprender por la que, creemos honestamente, es la más completa de sus creaciones.

‘Inloca’ se apoya en la experiencia de su anterior espectáculo de gran formato -aquí hay nueve intérpretes en escena y un total de veinticinco personas tras el espectáculo-, DAIMON y la jodida lógica. Pero ‘Inloca’ es la segunda parte de una Trilogía de la fragilidad, que Vallés comenzó con El diablo en la playa, y cuya tercera parte está previsto que se presente ante el público a finales del año que viene, Europa después de la lluvia.

Ana Vallés invita al espectador a no cortar nunca las alas de su imaginación ni de su voluntad porque ese es, justamente, el principio de un fracaso anunciado. La libertad de pensamiento y de creación pueden llevar al artista a límites antes nunca imaginados y ese riesgo, esa aparente locura, es el único camino posible de la creación. No en vano ‘Inloca’, tiene raíz latina y significa exactamente eso, lugares adónde.

‘Inloca’ es, en definitiva, una propuesta que te va a sorprender, a turbar y a remover algo que acaso haya en tu interior y que no te has atrevido a mirar. A partir de ahora lo harás. Te lo aseguro.

‘Inloca’

Dramaturgia y dirección: Ana Vallés

Reparto: Vicente Colomar, Ana Cotoré, Antón Coucheiro, Claudia Faci, Celeste González, Alfredo Pérez, Alfredo Rodríguez, Ricardo Santana y Nuria Sotelo

Espacio, vídeo y producción de sonido: Baltasar Patiño

Iluminación: Baltasar Patiño y Miguel Muñoz

Vestuario: Matarile - La Canalla

Coreografía: Intérpretes y Ana Vallés

Ayudante de dirección: Ana Contreras

Asistente de coreografía: Paloma Díaz

Asistente de espacio, vestuario y objetos: Lara Contreras

Ayudante de producción: Tati García

Producción y coordinación Matarile: Juancho Gianzo

Colaboradores: Enrique Gavilán y Javier Méndez Oro

Video difusión y documentación: Edición Rusa

Fotografía y tráiler: Bárbara Sánchez Palomero

Diseño de cartel: Equipo SOPA

Realizaciones: SFUMATO (Escenografía), PERONI (Tejido escénico) y Lara Contreras (Atrezzo)

Coproducción: Centro Dramático Nacional y Matarile con apoyo de Agadic-Xunta de Galicia

Teatro María Guerrero, Madrid

Hasta el 6 de febrero de 2022