Como oro en el Misisipi

Ya ha habido tiempo para el juicio. La retransmisión de las carreras de caballos en Movistar no ha contribuido en dos años en beneficio del Turf. Lejos de juzgar la calidad de los programas estamos en el mismo punto que en marzo de 2022 cuando entramos en “El estadio infinito”. Y si me apuras peor porque se han perdido dos años en los que por el camino hemos tenido la aparición y posterior desaparición del fenómeno Julia Zambudio o ahora el récord de triunfos en una temporada de Vaclav Janacek. Dos historias que no se han sabido aprovechar ni vender porque el Turf sigue siendo tan residual como cuando llegó a Movistar.

Y es una pena. La comunicación en nuestro mundo es pésima. Pueden pasar horas y días con un tweet con un enlace erróneo desde una cuenta oficial sin que nadie diga nada o con una nota de prensa con errores que no se corrigen. Los aficionados lo asumen con resignación y los protagonistas, más de lo mismo. Hay cambios. que parecen tener una mejora, pero se diluyen cual caballo en el pelotón de los que solo trabajan para llegar a la meta. Movistar no ha hecho otra cosa que poner el soporte a un programa que tiene casi los mismos parámetros que cuando se emitía por Internet de forma gratuita para todos los aficionados. Ni una sola presencia destacada en los programas de la cadena. Y además el reportaje de José Luis Martínez tampoco levantó la expectación esperada para el trabajo realizado.

¿Y qué hacer? Sinceramente no lo sé. Sigo pensando que hay que sacar al Turf de su comodidad. Qué no puede ser que tengamos a los aficionados resignados y a los que se acercan a nuestro mundo sin posibilidades de recibir lo mucho que puede ofrecer. Contar historias que conecten a nuestra gente es sencillo y quizá seamos nosotros los que tengamos que hacer de cicerones para aquellos que no nos conozcan. Escondidos en una televisión de pago es imposible si no hay una apuesta firme en contenidos. No hay datos de audiencia como podíamos tener en la época de Teledeporte, pero si los hubiera sería casi peor. En Vamos la retransmisión ya se ha ido a horarios de madrugada y los portales donde se puede ver el directo en alguna que otra ocasión hay que ir a buscarlos como oro en el Misisipi, allá por el 182 donde el mando da la vuelta. No es de recibo pero tampoco nadie pone queja. Saben lo que hay. Y si lo que hay no gusta, hagamos por cambiarlo. Aunque seamos muy pocos a los que interese. ¿4000 frikis? Algún día hablaré de ello.