Ea, ya se sabe. El tópico se cumple a veces. Sí, aquel que afirma lo de ‘corrida de expectación, corrida de decepción’, que clava lo que aconteció con el otrora habitualmente triunfador encierro de Victorino Martín, que en esta ocasión fue un desafuero total, sin que se salve ninguno de los seis ejemplares, de buena presencia general, muy desiguales de edad, pero muy igualados de ausencia total de casta y bravura y en su flojera casi supina. Con ellos se estrelló la terna de Rubén Pinar, David Galván y Ginés Marín, y el largo abono de diez festejos echó el cierre con el espectáculo -es un decir- de esta moruchada que fue desarrollando peligro durante su lidia.
Eso sí, tampoco eran aquellos bureles tobilleros que se desentendían de percales y muletas buscando de continuo a sus matadores especialistas -pongamos que se habla/escribe de Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y el albacetense Dámaso González- capaces de poderles casi siempre. Ninguno de los bicornes de este miércoles llegó a tal catadura, porque más bien iban con la cara alta y a la defensiva, quizás hartos de que un tío ‘pesao’ anduviera allí en sus cercanías sin dejares buscar el camino de vuelta a la dehesa.
Como llevaron a cabo Pinar, con oficio, técnica y valor en su lote intentando -el primero a punto de cumplir los seis años-, entre algunas miradas de los animales, la misión imposible del lucimiento, y Marín en el último -un feo ejemplar también nacido en 2019 y fuera de tcon el que expuso mucho encunándose entre los pitones, para nada. El extremeño cinceló entre caídas al otro, un inválido total, entre el aburrimiento de los tendidos.
El único que mínimamente ofreció alguna opción de embestir fue el segundo y Galván le aplicó su concepto artístico del toreo, aunque marró a espadas. El otro, que nadie sabe la razón por la que el ganadero lo bautizó como el legendario y gran semental Cobradiezmos indultado en La Maestranza en 2016 -porque su comportamiento fue la antítesis- tenía un punto de agresividad que desbordó al gaditano e hizo que algunas voces entre el público recordaran a la terna citada líneas arriba.
Triste final a una feria mediocre en lo artístico y con un público y un palco encantado en regalar orejas, pero que ha cumplido en lo más importante: salvo pocas excepciones, ha vuelto a salir el toro, cuestión nada baladí en estos tiempos.
FICHA
Toros de VICTORINO MARTÍN, cuajados y serios -excepto el 6º-, descastados y muy flojos que no dieron juego. RUBÉN PINAR: ovación; vuelta. DAVID GALVÁN: ovación; palmas con algunos pitos. GINÉS MARÍN: silencio; silencio. Plaza de Albacete, 17 de septiembre, 10ª y última de feria. Tres cuartos de entrada.