La posibilidad de que el BCE reduzca su programa de compra de activos sigue “asustando” a los mercados de bonos en la zona euro. Una noticia publicada el martes citaba fuentes que aseguraban que el BCE rebajará probablemente de forma gradual el programa de alivio cuantitativo en unos 10.000 millones de euros mensuales. Aunque desde el BCE se ha dicho que no se ha discutido reducir el ritmo de sus compras mensuales, la mera posibilidad de que se reduzca el ritmo del plan ha sido suficiente para agitar a unos mercados que ya se preguntaban si los bancos centrales pueden ganar la batalla para impulsar el crecimiento y la inflación, y si los gobiernos deben implicarse más en el proceso. Las subidas de las rentabilidades están siendo lideradas por el sur de Europa, donde la compra de activos por parte del BCE ha ayudado en particular a estabilizar los costes de los préstamos. A este respecto, el Banco de Italia ha señalado que es esencial que el BCE mantenga en vigor el programa para respaldar a la economía de la zona euro, dejando en evidencia el nerviosismo que rodea cualquier posibilidad potencial de reducir el ritmo del QE. Aunque desde el BCE se dice que la recuperación avanza “poco a poco” y estiman que “seguirá mejorando”, lo cierto es que en septiembre, el ritmo de crecimiento de la actividad empresarial en la zona euro fue el más débil desde principios de 2015, según el índice de gerentes de compras (PMI). Las empresas han controlado el gasto por cautela sobre las perspectivas económicas y ante la incertidumbre política generada por las próximas elecciones en Francia y Alemania.