Tras meses de incertidumbre, los conservadores de la canciller alemana y los socialdemócratas del SPD han llegado a un acuerdo para formar una coalición de gobierno. Lo que ha causado cierta decepción entre los inversores es que el líder de los socialdemócratas, Martin Schulz, no asumirá el cargo de ministro de Finanzas, sino que será el próximo ministro de Relaciones Exteriores, pese a haber asegurado previamente que no ocuparía ningún cargo en un gobierno liderado por Merkel. El alcalde del SPD de Hamburgo, Olaf Scholz, irá a Hacienda, un cargo hasta hace poco en manos del conservador Wolfgang Schaeuble, muy poco apreciado en los países de la zona euro durante sus ocho años de mandato por su rígida política de disciplina fiscal. Schulz anunció ayer un “cambio de rumbo” en la política europea que se expresará en un “apoyo tácito” a la “línea del Gobierno de París”, destinada a “reforzar a Europa y sus instituciones”, apuntó Schulz en una comparecencia con la canciller alemana, para presentar el acuerdo alcanzado. Antes de conocerse el acuerdo, las cámaras alemanas de Industria y Comercio aumentaron su previsión de crecimiento de la economía alemana al 2,7% desde el 2,2%, al tiempo que señalaban que la confianza empresarial había mejorado a comienzos de 2018 a pesar de un euro más fuerte. El gobierno alemán prevé que la economía crezca un 2,4% este año tras expandirse un 2,2% en 2017, el ritmo más alto en seis años.