María Branyas fue la mujer más longeva del mundo alcanzando los 117 años. La española murió en Olot el pasado agosto de 2024 con una edad genética equivalente a 94 años.
Su caso despertó la curiosidad científica mundial y su caso fue estudiado para determinar las claves genéticas de tanta longevidad.
Un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en 'Cell Reports Medicine' ha revelado los secretos de Branyas para llegar a los 117.
Una genética especial
Los científicos han analizado el genoma, microbioma y epigenoma de Branyas y pudieron distinguir entre los cambios asociados al envejecimiento y los que se vinculan a una mala salud.
Descubrieron que disponía de unas variantes genéticas excepcionales que le protegían de enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo y diabetes, y no hallaron variantes asociadas a un mayor riesgo de enfermedades graves como el Alzheimer, entre otras.
También presentaba variantes en genes que, en otros animales se han asociado con una gran longevidad.
Al analizar sus muestras se ha descubierto también que sus telómeros eran cortos, algo que hasta la fecha se había relacionado con enfermedades asociadas a la edad. Pero ella no presentaba patologías, por lo que se ha descubierto que la longitud de los telómeros o la pérdida de estos no tiene que estar necesariamente ligado a una patología, sino que puede ser un factor de la edad.
Más allá de la genética: los hábitos importan
Los análisis han revelado que los niveles de colesterol malo de María Branyas eran bastante bajos y los del bueno, el HDL, eran altos. Unos indicadores que confirman que tenía un metabolismo muy eficiente.
Sus indicadores de inflamación eran bajos y contaba con un sistema inmunitario fuerte, de hecho pasó el coronavirus con 113 años, siendo la persona más mayor de España en superar con éxito el virus.
Su microbiota intestinal también era óptima ya que presentaba altos niveles de Bifidobacterium, un género de bacterias beneficiosas.
Cuidarse sí importa
La catalana tomaba 3 yogures al día, seguía una dieta mediterránea, hacía ejercicio regular y no tenía vicios nocivos como el tabaco o el alcohol. Esto, sumado a las buenas cartas genéticas de las que disponía, le permitió disfrutar de una larga vida y ser digna de estudio científico.
"La imagen que surge de nuestro estudio, aunque derivada sólo de este individuo excepcional, muestra que la edad extremadamente avanzada y la mala salud no están intrínsecamente vinculadas y que ambos procesos pueden distinguirse y analizarse a nivel molecular", han destacado los autores del estudio, instando a evaluar más casos para poder hacer extrapolaciones más precisas.
Maria Branyas nació en San Francisco en 1907 después de que sus padres emigrasen desde España y México hacia Estados Unidos. Vivió en diferentes estados y en 1915 su familia se estableció de nuevo en España.
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