Después del paréntesis electoral en la UE se aceleran los pasos para buscar un nuevo liderazgo, y que mejor momento que el actual, cuando debe elegirse quién debería asumir el cargo de presidente de la Comisión Europea y quién debería ocupar puestos clave, como el de presidente del Consejo Europeo y el de presidente del BCE.
La elección de este liderazgo es clave para revitalizar el proyecto europeo, y un país de peso como Italia no está contribuyendo a ello. El próximo miércoles, la Comisión Europea publicará un informe sobre los niveles de deuda de Italia y con alta probabilidad mostrará que incumple gravemente los criterios presupuestarios de la zona euro, advirtiendo de su elevada deuda pública, que superó el 132% del PIB en 2018. Los medios italianos apuntan a que estos días la CE podría enviar una carta pidiendo explicaciones, algo que podría conducir más adelante a la apertura de un procedimiento de infracción y a una sanción de alrededor de 3.500 millones de euros, equivalente al 0,2% del PIB italiano. La respuesta del vicepresidente del Gobierno italiano y líder de la ultraderechista Liga ha sido inmediata. Espera que nadie envíe cartas a Italia y planea seguir adelante con su propuesta de una drástica bajada de impuestos a una tasa fija del 15%. Esta medida, que tendrá que ser estudiada por el Consejo de Ministros, exigirá un incremento del gasto público de 30.000 millones de euros.