El Banco de Inglaterra mantuvo ayer los tipos en el 4% por una ajustada mayoría 5-4, señal de que el ciclo entra en una fase de transición. Cuatro consejeros votaron ya por recortar 25 pb, y el gobernador reconoció que, si la desinflación prosigue, los tipos seguirán una “senda gradual a la baja”.
El informe acompaña el giro con un diagnóstico más débil del mercado laboral y un crecimiento previsto del 1,5% en 2025, mientras la inflación, que actualmente está en el 3,8%, se espera que converja hacia el 2 % en 2027. El presupuesto que se presentará el 26 de noviembre será referencia inmediata, y los mercados asignan cerca de un 60 % de probabilidad a una bajada en la reunión del 18 de diciembre. Por otro lado, el Banco Central de Noruega mantuvo su tipo de referencia en el 4%, en línea con lo previsto, y destacó que la inflación, situada en el 3%, sigue por encima del objetivo. La gobernadora insistió en que “no hay prisa” por iniciar el ciclo de relajación, aunque el banco proyecta recortes graduales a partir de 2026. Su postura refuerza la visión de que la política monetaria seguirá actuando como factor de estabilidad.
En la Eurozona, el Bundesbank advirtió de un aumento de los riesgos para la estabilidad financiera en Alemania, afectados por la debilidad estructural, la exposición bancaria al inmobiliario comercial y las valoraciones elevadas de renta variable y crédito. Aunque la morosidad sigue contenida, el informe subraya que la economía permanece estancada y vulnerable a correcciones si persiste la incertidumbre global.