Hoy comienza la reunión de dos días de la Reserva Federal estadounidense, en la que los mercados esperan que la entidad mantenga invariados los tipos de interés de referencia en el rango del 4,25 % al 4,50 % fijado en diciembre. La atención estará puesta en el comunicado, la rueda de prensa, la actualización de las proyecciones macroeconómicas y el mapa de puntos con las estimaciones futuras de tipos por parte de sus miembros, elementos clave para que el mercado intente anticipar los próximos movimientos. Además, esta pasada madrugada la atención se centró en la reunión del Banco de Japón que mantuvo sin cambios el tipo de interés y decidió desacelerar el ritmo de reducción de su balance el próximo año. A lo largo de esta semana también se celebrarán reuniones de los bancos centrales de Brasil, Suecia, Inglaterra, Suiza y Noruega.
En cuanto al
BCE, actualmente inmerso en la revisión de su estrategia de política monetaria, su vicepresidente señaló ayer que la entidad ha ganado mayor conciencia sobre los efectos secundarios de las herramientas utilizadas, como la expansión cuantitativa (QE) y los tipos de interés negativos. La compra masiva de activos por valor de cinco billones de euros, si bien fue efectiva para estimular la economía, también generó distorsiones en los mercados financieros e inmobiliarios. Añadió que, aunque el BCE mantendrá en su “caja de herramientas” todas las opciones empleadas en el pasado, anticipa que la exigencia para volver a utilizar políticas tan expansivas será considerablemente más alta. La nueva declaración estratégica —prevista para este verano— se centrará en el cambio estructural del entorno económico, pasando de un escenario de baja inflación y tipos negativos, a uno en el que la dinámica de precios y las tensiones comerciales exigen una mayor prudencia.