Ayer, el portavoz del FMI, en una sesión informativa periódica, declaraba que la inflación podría "volverse más persistente" en algunas partes del mundo si continúan las interrupciones en la cadena de suministro o se desanclan las expectativas de alzas de los precios. En Estados Unidos se espera que la inflación descienda en 2022, pero en su opinión, los responsables de la política monetaria deben permanecer atentos a los riesgos al alza. "La persistencia de los altos niveles de inflación en Estados Unidos podría requerir una respuesta de política monetaria anticipada, lo que supondría una desventaja sistémica tanto para Estados Unidos como para la economía mundial", apuntó. Precisamente ayer, el presidente de la Fed de Nueva York señalaba que las expectativas de futuros aumentos de precios están aumentando, añadiendo que están viendo un repunte de la inflación subyacente que “estudiaremos cuidadosamente".
Durante los últimos 20 meses, la Fed ha puesto su arsenal de política monetaria al servicio del objetivo único de restablecer el empleo en EE.UU. Ahora, el debate que hay entre economistas, inversores, cargos electos y responsables de la política monetaria de la Fed está en los riesgos que plantea una inflación que se encuentra en máximos de 30 años, y cómo debería responder el banco central a ella. Donde hay poco desacuerdo es en que la economía sigue necesitando ayuda. La controversia gira más en torno a cuánto tiempo debe esperar la Fed antes de empezar a anunciar y luego comenzar sus primeras subidas de tipos de interés, todo ello sin romper su promesa de no subir los tipos hasta que la economía vuelva al "máximo empleo".
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