Encrucijada inflación y empleo

El debate interno en los principales bancos centrales, y principalmente en la Reserva Federal norteamericana, entre empleo e inflación se sigue intensificando. Las autoridades de la Fed han apostado por mantener una política monetaria agresiva que pueda favorecer la recuperación de 8,2 millones de puestos de trabajo que todavía no se han recuperado con respecto a los niveles previos a la pandemia y una baja inflación. Sin embargo, la realidad parece ser distinta. En abril se registró un lento crecimiento del empleo y aumentos de precios más rápidos de lo esperado.

Los primeros datos de mayo sugieren que la contratación ha sido baja y las medidas de alta frecuencia muestran que el crecimiento del empleo ha sido bajo o nulo en la última semana. Con respecto a los precios, y aunque recientemente se ha moderado el aumento de los costes de algunos productos básicos, se mantienen cuellos de botella en la oferta global, así como una demanda creciente de bienes y servicios que puede tardar en resolverse.

Este entorno podría suponer tensiones entre los miembros de la Fed en los próximos meses. En la reunión de abril algunos de sus miembros mostraron su temor a que la inflación podría crecer a niveles no deseados antes de que el banco central tuviera tiempo de evitar que suceda, sobre todo considerando el compromiso manifiesto de mantener las compras de bonos en 120.000 millones de dólares al mes y los tipos de interés en niveles cercanos a cero. Un escenario no deseado de mayor inflación y un lento crecimiento del empleo podría llevar a la Fed a tener que cambiar el rumbo de su política monetaria antes de lo previsto.