Es difícil llevar la cuenta de todas las medidas que los gobiernos y bancos centrales han tomado para intentar limitar los daños que la pandemia del coronavirus va a suponer en la economía mundial. Todos están actuando y tomando decisiones, pero no con la misma rapidez y determinación.
Sin duda, por delante de todos se sitúa la FED. En su caso no se tienen que poner de acuerdo 27 países, que son los que forman parte de la UE, o 19, que son los que forman parte de la zona euro, pero lo cierto es que el acelerador lo pisa con más fuerza. Ayer anunció la ampliación de la capacidad de decenas de bancos centrales extranjeros de acceder a dólares, al permitir que intercambien sus tenencias de deuda del Tesoro estadounidense por préstamos en dólares a un día. De esta forma, bancos centrales de países con monedas menos negociadas o tipos de cambio más volátiles tendrán una forma de acceder a la liquidez de dólares que está proporcionando la FED. Se espera que el programa se ejecute antes del 6 de abril y dure al menos seis meses.
Mientras, en nuestro país, el BdE anuncia que no activará el colchón de capital anticíclico para los bancos durante un tiempo prolongado, manteniéndolo en el 0%. Los colchones de capital anticíclicos son un instrumento que buscan mitigar o prevenir los riesgos cíclicos causados por el crecimiento excesivo del crédito, exigiendo a los bancos que aumenten sus reservas. Con la actividad económica en España sufriendo una severa interrupción, el BdE no espera que el crédito crezca a corto plazo.