En la reunión del BCE celebrada ayer, tal y como se esperaba, no se anunciaron medidas adicionales de política monetaria y se mantuvieron los tipos oficiales sin cambios. En la rueda de prensa posterior, su Presidenta valoró positivamente el inicio de la campaña de vacunación, aunque reconoció que el agravamiento de la pandemia sigue planteando riesgos a la baja para las perspectivas económicas a corto plazo. Enfatizó la importancia de reconfirmar la orientación muy acomodaticia de la política monetaria. Reiteró la importancia de un estímulo fiscal ambicioso y coordinado, y subrayó la necesidad de que el paquete Next Generation EU sea implementado sin demora.
Durante el turno de preguntas, Lagarde fue preguntada en varias ocasiones por la posibilidad de que la dotación del PEPP (Programa de compras de emergencia para la pandemia), no se utilice de forma íntegra, a lo que respondió recordando la flexibilidad del programa para adaptarse al objetivo de mantener unas condiciones de financiación favorables que contribuyan a contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda de la inflación, pudiendo no usarse íntegramente o recalibrarse de nuevo si fuese necesario. Admitió que la fortaleza del euro estaba suponiendo un freno sobre la inflación y reiteró que se sigue monitorizando de cerca su evolución.