El Gobierno del Reino Unido ha anunciado una inversión de 14.200 millones de libras (unos 16.800 millones de euros) para la construcción de la planta nuclear Sizewell C, ubicada en la costa de Suffolk.
El anuncio, previo a la revisión presupuestaria nacional, asegura que el proyecto generará 10.000 empleos directos, además de miles más en empresas proveedoras, y proporcionará suficiente energía como para abastecer a 6 millones de hogares.
La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, describió esta decisión como "un hito" que impulsará el crecimiento económico del país.
Por su parte, el secretario de Energía, Ed Miliband, destacó que la inversión es esencial para inaugurar una "era dorada de energía limpia". A pesar del optimismo oficial, voces críticas han cuestionado los costos reales del proyecto y su viabilidad financiera.
La directora del grupo de presión 'Stop Sizewell C', Alison Downes, afirmó que los ministros no han sido transparentes sobre el costo final de la planta debido a que "las negociaciones con inversores privados aún no se han completado". Además, expresó preocupación por el impacto que podría tener en las facturas de los consumidores: "Creemos firmemente que el gobierno lamentará asignar estos fondos, y pensamos que el dinero podría destinarse a otras prioridades".
Transición energética
La ministra Reeves subrayó que Sizewell C será "el mayor programa de construcción nuclear de una generación", mientras que Miliband enfatizó que invertir en energía nuclear es "la única forma" de "recuperar el control de nuestra energía y enfrentar la crisis climática". El gobierno sostiene que la energía nuclear es crucial para reducir casi por completo la dependencia de combustibles fósiles en la red eléctrica del Reino Unido para 2030, gracias a su capacidad de generar energía baja en carbono de manera constante.
Sin embargo, el proyecto enfrenta desafíos significativos. Se espera que Sizewell C tarde al menos una década en completarse. Hinkley Point C, otra planta similar en Somerset, comenzará a operar en los primeros años de la década de 2030, con retrasos de más de 10 años y sobrecostos que superan ampliamente las estimaciones iniciales.
El sábado, cerca de 300 manifestantes se reunieron en la playa de Sizewell para protestar contra la construcción de la planta. Muchos residentes temen que el proyecto altere irreversiblemente el entorno natural de la región. Downes comparó la inversión en Sizewell C con el controvertido proyecto ferroviario HS2, señalando que ambos podrían convertirse en ejemplos de malas decisiones económicas.
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